sábado, 10 de agosto de 2013

El Dinero



Con dinero puedes adquirir conocidos, pero no amigos
tener gran residencia, pero no calidez de hogar,
puedes obtener lujos, pero no admiración,
puedes adquirir comodidad para dormir,
sabrosura para comer, objetos para deslumbrar;
pero no el sueño, la salud, el aprecio callado y merecido.

El dinero no es sinónimo de paz;
es a veces semillero de inquietudes,
abre muchas puertas en el mundo,
pero corre y cierra muchos cerrojos en el alma.

Todo lo envuelto en dinero parece reluciente,
como agrandando la personalidad....
y no se perciben los verdaderos valores.

Contaminado con el dinero, todo se corrompe;
úsalo en calidad de servidor, no de señor.

Sirve para repartirse de hombre en hombre,
no para que lo arrebaten y hasta se combata por él.

Sirve para que la caridad nos inunde,
no para que la avaricia nos apriete.

Pide a Dios el dinero en su justa medida,
porque facilita la vida y abre los caminos.

Si es muy escaso, llena de angustia;
si es excesivo, llena de hastío.

He visto muchos millonarios atormentados,
de esos que cantan sin voz,
duermen sin sueños,
y respiran sin vivir.

Coloca el signo de pesos en su justo lugar,
de manera que no estorbe al signo de la generosidad,
ni al signo del amor.

Cuando el hombre se materializa,
el corazón se endurece;
cuando el corazón se endurece, se pierde sensibilidad,
y cuando se pierde la sensibilidad, ya esta  acechando la muerte.

Zenaida Bacardi de Argamasilla (8-Nov-1999)


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