domingo, 18 de julio de 2021

Amor,...

¿Es acaso el amor, una piedra angular, anular o un deterioro?,…

¿Dónde él se gesta, donde él se crea, se origina?,…
¿acaso en el fondo de una mitocondria, en un halo,…, o es una ilusión tan solo?,…

¿Cómo es que se posibilita, como él nace, se crea, crece y permanece?,…

¿Cómo es que atinamos, empatamos con un “alguien” indefinido,…
quizás para él (la), mismo (a), como es que se elige, acaso ello es fortuito,…
o interviene nuestra voluntad, nuestro libre albedrio?,…

¿Podemos realmente elegir o ello no nos es permitido?,…, no sabemos,…

Y cuando esto se resuelve,…, ¿podemos cancelarlo, liquidarlo,…
elegir seguir, “resolver” entregar nuestra vida, nuestra alma,.., entregarla?,..

¿Acaso podemos “decidir, resolver”,…, realmente podemos?,…
las expectativas que nos creamos antes de,…, ¿ellas son concretadas?,…
y si no,…

¿Podemos diferir sin conformar una tragedia,…, sin un holocausto de palomas,…
sentimientos incinerados,…, desviación mental o espiritual,…, podemos?,….

Ay el amor,…., tan indefinido,…, pues se siente en la sangre, en las arterias,…
en el corazón y en el alma,…, en el cielo y en la tierra,…, y en el campo,…
y si ya no,…, ¿estamos muertos en vida?,…

Quizás solo nos falte paciencia,…, heroísmo,…, espera tranquila y sosegada,…
permitir,…, y permitirnos,…