no vale,…, ofrendar al sacrificio a soledad,…
Pues ¿por qué?,…, ¿acaso lloran las dalias en ausencia?,…
¿sufren los mirlos y las horas, se vuelven vacías, ellas inciertas?,…
¿la locura, ronda tu casa, tu desierto o el frio?,…
¿es acaso eso corazón?,…
Pero aunque así fuera,…, aunque la soledad pueda cortarse
con un cuchillo, con una daga,…
y aunque hubiera una porra completa,…, entusiasta,…
No cercenes tu soledad,…, ¿sabes?,…, eres tu quien ha de asumir
las cuotas, los dividendos, el “pago”,…, la “factura”,…
y enterraras a tus muertos, de menos las esperanzas que hubieras
creado, hecho,…
Tu y no el mentor (o la mentora),…
hay gente que se dedica a “enderezar” al universo,…, “aguas”,…
Pequeña (o pequeño), pues en verdad que no hay verdades de a kilo
que se acomoden a todos los escenarios, universales,…
hay embaucadores en todos lados y rincones,…
de todos los colores, sabores o argumentos,…
De tiempo completo,…, no descansan,…
queriendo dirigir tus manos y sentimientos,…
Cuídate mi bien,…
y si aun así “optas”, seguir su consejo, su guía, del mentado sensei,…
luego cuando se avengan los resultados,…, no te quejes corazón,…
fue en realidad tu decisión,…, ¿o tu debilidad?....