Se ha sostenido por mucho tiempo, “divide y vencerás”, como una máxima del “control” de la sociedad y sus instituciones (los grupos, las familias, la sociedad en su conjunto), todo es “crear” un antagonismo (enfrentamiento de ideas, de conceptos, de creencias), “anti” o a favor de,…, una determinada “ideología”, creencia o postura, para dividir a la sociedad, aunque hay quien afirma que solo las “crisis”, los “conflictos” (las guerras), las catástrofes, las guerras de contrarios pues, “drenan” al sistema (caducan o eliminan a lo viejo = que no sirve o sirvió, para dar paso a lo nuevo [1]), algunos filósofos y pensadores, sostendrían, que la lucha de contrarios darían paso al súper hombre, y que desde allí se sostendría la “verdad” de la supremacía racista, “blanca” de Hitler y todos sus descendientes, “hay gente superior (que debe prevalecer = vivir) contra aquellos inferiores que no deben prevalecer, porque son “fardos” del sistema,…
En resumen, la “lucha de contrarios”, estableció la gran “pugna” (la justifico) entre opresores y oprimidos, entre victimas y victimarios, entre ricos y pobres, entre capitalismo y socialismo, entre hombres y mujeres (el derecho patriarcal y el movimiento femenil y la “defensa” o reivindicación de sus derechos), entre creyentes y no creyentes a una determinada deidad, etc, etc.
Y “esto”, movió a nuestra sociedad humana, la enfrento y justifico TODAS sus luchas y posturas,…, en resumen, NOS DIVIDIO como sociedad humana, nos apartó de unos contra otros (as).
¿Cómo pues unirnos, integrarnos, unos con otros (as),.., para poder enfrentar todos los males, vaticinios que nos amenazan como sociedad?, la gran pregunta, y es necesario entender que:
Primero reconocer muy claramente el problema (la gran división de la sociedad moderna), en posturas ciertamente radicales, “maniqueas” (negro o blanco), erradicar pues de raíz este discurso, ¿llevara tiempo?, creo que sí, porque nos hemos acostumbrado a “percibir” la realidad de nuestro entorno y “alma”, llevados por estas muletas cognitivas demasiado limitantes (es bueno, o es malo), no concebimos de origen una “carencia” de verdad o de percepción real, pues ello de menos nos daría vergüenza o miedo, por tanto, aducimos valida nuestra creencia, pensamiento o actitud radical (fija), el “gradualismo” dado por el análisis del discurso ajeno nuestro, quizás nos dará una tesis nueva propositiva, pues al final, “nadie” es infalible o tiene (posee) toda la verdad sobre un determinado tema que nos importe, aprender ello, creo si, será una experiencia tan larga y prolongada como nosotros impidamos el dialogo de las partes, no es solo asentir nada más, sino que cada cual debe argumentar con verdad sus posicionamientos para poder ser genuinamente valorados por ambos,…, y en resumen, adelantar en el aprendizaje (apertura),…, e integración,…
[1] ¿No oísteis hablar de aquel loco que en pleno día corría por la plaza pública con una linterna encendida, gritando sin cesar: «¡Busco a Dios! ¡Busco a Dios!». Como estaban presentes muchos que no creían en Dios, sus gritos provocaron la risa. [...] El loco se encaró con ellos, y clavándoles la mirada, exclamó: ¿Dónde está Dios? Os lo voy a decir. Le hemos matado; vosotros y yo, todos nosotros somos sus asesinos. Pero ¿cómo hemos podido hacerlo? ¿Cómo pudimos vaciar el mar? ¿Quién nos dio la esponja para borrar el horizonte? ¿Qué hemos hecho después de desprender a la Tierra de la órbita del sol? [...] ¿No caemos sin cesar? ¿No caemos hacia adelante, hacia atrás, en todas direcciones? ¿Hay todavía un arriba y un abajo? ¿Flotamos en una nada infinita? ¿Nos persigue el vacío [...]? ¿No hace más frío? ¿No veis de continuo acercarse la noche, cada vez más cerrada? [...] ¡Dios ha muerto! [...] ¡Y nosotros le dimos muerte! ¡Cómo consolarnos nosotros, asesinos entre los asesinos! Lo más sagrado, lo más poderoso que había hasta ahora en el mundo ha teñido con su sangre nuestro cuchillo. ¿Quién borrará esa mancha de sangre? ¿Qué agua servirá para purificarnos? [...] La enormidad de este acto, ¿no es demasiado grande para nosotros?
La gaya ciencia

No hay comentarios.:
Publicar un comentario