Hoy con mis
sesenta años te hablo,..
no se rezar,..,
nunca lo aprendí,..
Hubo un tiempo de
rosas, cuando era pequeño,..
que te hablaba
nítidamente,…
concebía,..
sentir que
plenamente me escuchabas,..
Luego pasaron
tantas cosas, tú lo sabes,..
mi precaria
condición,..
me alejé de tus benditos
pasos,..
Fué un largo
proceso,..
cantidad de
errores, fallas, dudas,..
incertidumbre,..
y la fe de repente
me faltaba,..
Y en esos momentos
tan aciagos,..
es que me
preguntaba,..
¿por qué?,..
Yo no comprendía,..
que la obscuridad
es parte del milagro,..
que la tribulación
y la pena,..
son tan
necesarias,..
Son como los
puentes que habremos de cruzar,..
para poder alcanzarte,..
alguien pudiera
decir: “en las trincheras de verdad no hay ateos”,..
Padre y me olvide
de ti,..
pero lo sabes,..
y hoy quisiera
retomar ese dialogo olvidado,..
tantos años,..
¿Condiciones?,..
para ti ninguna
tengo,..
más bien un
ruego,..
Alúmbrame cuando
yo me caiga,..
que las dudas me sobrepasen,..
cuando mi poquita
fe, ella se quebrante,..
cuando ya no pueda
sólo con mi carga,..
Cuando mis hijos,…
ellos, te
busquen,..
cuando yo
enferme,..
cuando me abrace
la noche eterna,..
con su calma, su
silencio,..
Por favor,..
Dame tu bendita gracia,..
el sostén de tu
cayado,..
la bendita
admonición de mis pecados,..
tu justicia,..
Y que la bendecida
paz de tu enorme amor me cobije,..
solo te pido,..,
solicito,..
que me arrope
siempre, siempre,..
sólo si tu
voluntad así lo dispone,..