Dentro
de pocos días serán elegidos en México, varios gobernadores y se
renovarán las cámaras legisladoras (toda una gran empresa), los
unos, los gobernadores, son como los señores de antaño en la época
Feudal, son la verdad pura, la justicia total y absoluta, en su
período de gobernar, no hay quien pueda llamarlo a cuentas, son
omniscientes, omnipoderosos, intocables en su período, como pequeños
Césares que pueden hacer y deshacer lo que les plazca, todos lo
sabemos, asentimos y estamos de acuerdo (tácitamente lo sabemos y
aceptamos).
Y los
legisladores, serán aquellos que en su tarea, marcarán el destino o
rumbo de nuestro país, emitirán las leyes (las que se les ocurran,
las que ellos consideren, seremos sujetos de sus indecisiones,
desproporciones, de sus fallas), que habrán de gobernarnos, ¿por
cuanto tiempo?, hasta que halla una nueva ley.
En
una sociedad moderna, se pretende que el derecho individual sea
sujeto del colectivo, de tal suerte que no se puede diferir de lo que
la ley establece y lo que el estado establezca a través de sus
órganos competentes.
En
México sucede, que muchas leyes son “copiadas o clonadas” de
otras latitudes y estados, se hacen las “adaptaciones”
correspondientes y se “adoptan” y luego ya después, se puede ver
que dicha ley no era correspondiente, que de alguna manera era
inconsistente, incompleta o lo más grave, totalmente arbitraria y en
contra de aquellos que quería proteger.
En
México. es muy notorio ver, que cada vez que pasa más el tiempo, es
notoria la precariedad del ser civil, social, este se ve más
disminuido, sometido, sujeto; casi que es todo un portento de vida,
no verse “inmiscuido” o “involucrado”, en algún acto
“erróneo”, alguna falla, por ejemplo caer en el buró de
crédito, o un accidente, y que por ende, tenga que verse sometido al
aparato judicial en México, como víctima o victimario o bien,
“caer” en un acto de latrocinio, porque no tenía para comer o
empleo y lo agarró la justicia (la policía), hay una frase muy
manida en México: “que caiga todo el peso de la ley” y sucede
que en las cárceles hay presos que se robaron una gallina (literal)
y sin embargo, enormes y tumultuosos ladrones de cuello blanco (y no
tanto = los “narcos”), se encuentran disfrutando con sus “cuates”
en alguna lejana y tranquila playa, disfrutando de sus excesos, de su
vida sorda, dispendiosa, impune y cínica (que envidia, dirán); es
entonces que la ley-la legislación-el estado-la sumisión; empiezan
a perder sentido y desproporción, sólo puede autoverse el ciudadano
inerme, ser sujeto del terrible “abuso” de los dueños de los
cotos de poder y sus peleas, de sus “negociaciones”, ese “germen”
que se dice va permeando y se va volviendo un clamor, que puede
llegar a ser sordo e incontrolable.
Por
eco de otras latitudes, se aprecia que en la actualidad, el orden y
la estructura de los sistemas actuales ya requiere un cambio
sustancial, algunas lineas (esbozos):
Es
imposible que los “detentadores” del “status quo”, puedan
ejercer el cambio necesario, tendrá que ser la sociedad en su
conjunto la que lo provoque, aunque el “quid” está en resolver
la manera y forma de gobernar, hay algunos visos, referéndum por
ejemplo, pero ¿quien postula la agenda?, ¿como se agenda?, ¿quien
la valida?, ¿como se acota?, ¿quien vigila la voluntad popular?,
¿bajo que condiciones?.
El
cambio, el como, es toda una tarea, que se habrá de construir en un
gran consenso real (no el de los políticos actuales), sin acallar
ninguna voz y más bien alentar a pronunciarse.
Por
último, un breve mensaje: que cada quien haga, lo que su consciencia
determine este 7 de junio, pero a sabiendas de que no habrá ningún
cambio nada sustancial, ¿lo sabemos, verdad?.
Abrazos
a mis compatriotas mexicanos.