viernes, 12 de agosto de 2022

Los viejos....

Hacia ciertos años, unos cuantos, 67 nomas…
se van sumando “cosas”, visiones, reflexiones…
que lejos están de querendos que tuviera antaño…
he pensado en tantas cosas…

En los viejos….

¿Serviremos de algo, a alguien?....
quizás sí o quizás no…, cada cual ello lo decide…

No somos seres fabricados de acero de Damasco,
o de fuego o de argamasa…
somos tan solo, un pequeño cumulo de órganos,
de tejidos que ellos se degradan…
con el paso del tiempo…, perdemos lozanía, lisura,…, certeza…
agilidad, nobleza,…, o belleza…

Podremos si, contextualizar, explicar lo sucedido,…
los preámbulos, los escenarios anteriores…
el tiempo de la iguana, o cuando los mastodontes existían…
o cuando los políticos eran “buenos” (jijiji, un chiste)…

Los jóvenes creen que lo saben todo, que todo lo dominan,…
que todo lo descubren (escuchando un rap a todo volumen de mi vecino)
la verdad, el análisis, o la certeza, la “perspectiva” y los ángulos diversos…
direcciones y derivaciones…

Pero en verdad, ellos son “ingenuos”, y ¿por qué afirmarlo?...
porque igual yo así lo era…, decía: “si llego a los 40 y no he hecho esto o aquello…
seré un fracaso…” (y lo fue, fue como un destino manifiesto, juar, juar)….

Con el transcurrir de los años, la soberbia de la juventud, ella se cae, se transforma…
y ya no estamos tan seguros de nuestras “afirmaciones categóricas”…
ya dudamos “algo” y con los años y los hechos lo corroboramos…
que no estábamos en lo cierto, lo verdadero,…, quizás alucinados, creímos escaparíamos del mediocritas,…, de mis padres, mis abuelos…, y no fue así,…

El demerito, el “karma”, cobra su precio y nos derrota, empecinadamente…
pues carecemos de “piso”, de terreno firme…, no hay valores, sustento, auto estima….
y nos venden “caro” figuritas brillantes en el mercado,…, “cómprelo, cómprelo….varas, varas”…

Se requiere “salvar” pues a los viejos, comprender (de entender), su contexto, su escenario…
y escucharles con atención, quizás no hablen demasiado, pero si observarles, analizarles…
y lo poco o mucho que digan, expresen,…, preguntarles y tratar de comprenderles…
su mensaje, su enseñanza…, y claro que no atiborrarlos con preguntas, exigencias, perdones
o castigos que estuvieran…, ya el viejo lleva una sensible carga,.., quizás por años, décadas…
sus crasos errores y fracasos…, su falta de amor que ha dado ciertos frutos…
su desdicha, su desgracia,…, y hasta su negación de que ella existe…

¿No sería mejor dejarles atrás y como alguien decía, “nos cuentan demasiado los viejos”?...

El amor humano requiere de la “bondad” que tengamos o podamos conseguir, fraguar…
no es algo sencillo, “crear” valor, amor, tolerancia y respeto hacia los viejos…
es toda una cultura (que no imposición), es más bien como una inversión que la sociedad humana debía de hacer, sin pre calcular los “resultados”, las ganancias…, es pues ahora, mi deber señalar….
ya….