respuestas grandes, grandielocuentes,…
“eaxageradas”,…, apostando que el “karma”,…
la ley universal cobraría su precio,..
Sería inminente el “saldo”, el “pago” de la deuda,…
de mis errores, de mis fallas,…, como si el universo
conspirara en contra mía,…, vaya precepto,.., complejo,…
en verdad que no,…
Debo de entender, asimilar,…
que el “universo” entero no conspira contra mi o a favor de mí,..
No es perverso,.., mala o buena fe,…, no “piensa”, no “idea”,…
como castigarme,…, pues ¿por qué?....
las leyes universales inefables, inmutables son,…, ellas no se inclinan,…
no se tuercen según queramos o deseemos,…
Ellas no nos castigan, no son morales,…, como jueces cuasi humanos,…
ellas, solo son,…, sin cualificaciones,…, sin prebendas, no se inmutan,…
no se rotan, no cambian o se modifican,.., no,…
Solo hay que ver la ley de vida, ella conlleva la muerte,…
y esta siempre existirá,…, no habrá nada que la contravenga,…
no podrá evitarse,…
La ley del caos, en la cual este siempre prevalece,…, luego de algún
tiempo, el “orden” que le sigue,…, prevalece,…
no hay, no permanece,…, el caos perpetuo,…
este tarde que temprano colapsa,…, y se “ordena”
y los objetos, encontraran su equilibrio,…, gradual y “naturalmente”,…
Ciertamente que después de haber “vivido” algún tiempo,…
hemos dejado vestigios, restos,…, como mausoleos o discursos apasionados,…
fabriles o entusiastas, maquinas o leyes o legados que alguna vez nos apasionaron
y hoy quizás se han olvidado o remotamente se recuerdan,…, ¿con nostalgia?,…
difícil definirlo,…
Los “fetiches” como la magia, no son permanentes tampoco,…
solemos aferrarnos a ellos,…, pretendemos que ellos nos arropen,…
nos den la seguridad perfecta, anhelada, buscada,
y solo si, existe el suficiente tiempo,…
quizás podemos darnos cuenta que también fue una verdad muy endeble,…
frágil,…, volátil,…, esta se “agota”,…, se pierde,…
Ah camino tiempo,…, segundos que se hacen décadas,…, dolores,…
recuerdos,…, estoy apenas aquí,…, en este pequeño espacio
infinitesimal,…, apenas,…
