en un mundo ajeno, extraño,…, “negacionista”,…
más que una tierra plana,…, nos negamos reiteredamente,…
pues nos da vergüenza sabernos tan pusilánimes,.., tan egoístas,…
tan “cortos” de tantas cosas,…, de realidad una de ellas,…
Negamos nuestra percepción y saber, que tenemos y que
no asimilamos,…, y que no deseamos asimilar por nada del mundo,…
Siempre nos preguntamos: ¿estaré sentado, parado o acostado,..
derrotado ciento por ciento?,…, ¿tendré verdad o mentira acerca de
mi mismo?,…, ¿estaré en la verdad o seguiré siempre estando en la mentira?,..
y parecieran sólo planteos reacios como necedades,…, sólo como atisbos que
no logran concretarse o definirse,…
Y ¿a quién realmente le importa?,…, ¿a mi o a nadie?,…
y ¿a quién deben ajustarse y resolver?,…
si,.., siempre se busca, la belleza,…, el amor o la justicia
o la libertad,…, pero siempre se presentan evasivas,…
irresueltas,…, no concretas,…, solo como ilusionistas,…
la “justicia” si ella no es justa, propia,…, en su momento,..
ella ya no es,…, pues no resulta diferida,…
La realidad y la verdad ídem,…, de nada sirven en sí las “pausas”
interminables,…, la deflexión o la tardanza, de aquello que deseamos,…
y lo que es justo adquirir o poseer,…
