Sé que ya no es tiempo de ranas,…, ni de mirlos,….
ni de suspiros elocuentes,…, malheridos,…
Ya solo veo mis pasos, mis huellas que se van diluyendo,…
como estela de mar que ella declina, cuando ha pasado el barco,..
el navío,…
¿Triste?,…, en realidad que no,…, solo sucede,…
ello se repite cíclicamente,…
esa soberbia de lo humano que pretendemos vencer al tiempo,…
al olvido,…
Somos apenas motas pequeñas en el universo,…
en este espacio infinitesimal,…, ahhhh,….
¿Es un mito, existe?,…
Pareciera que el hombre, el ser humano,…
vive entre estas dos asíntotas,…, percepciones,…
la “perfección” y la asistida desidia,..
el no hacer nada al respecto,…
Se dice, ya se acomodara todo sin necesidad,…
de que yo me involucre o de que me angustie,…
En la búsqueda de la perfección, el ser humano planea,…
predecir, previsualiza, lo que debe acontecer,…, se predispone,…
Se angustia por “no fallar”,…, ser asertivo,…, lo más exacto,..
y ciertamente, muchas veces,.., “falla”,…, se equivoca,…
Y algunas veces se maldice esta falencia,…, este error, esta falla,…
no desea, no quiere,…, fallar, equivocarse,…
se siente absurdo, inepto,…, tonto,…, incompetente,…
y retoma con más fuerzas y se angustia más,…
Y sin embargo, no cabe duda que el ser humano mientras viva,…
habremos de fallar,…, reiteradamente,…
Y por esa certeza ineludible,…,
¿habremos de aceptar la medianía, la incompetencia?,…
no, necesariamente,…, pero debemos asimilar bastante “bien”,..
que todos, todos,…, fallamos,…
yo incluido,…
