Y es muy cierto que,..
a la imagen que yo le hablaba cuando era un pequeñito,.., un mozuelo,…
pareciera ya tan lejana,.., como si ella nunca hubiera existido,..
Era mi ser,…, mi alma,.., entregada a ese dialogo, a ese icono, esa
imagen estilizada,..
de un Jesús Cristo,.., clavado en la cruz,..
y luego los pasajes,.., aquel cuando la madre carga a su hijo, ya
resuelto,..
lánguido, acabado,.., la piedad, traída desde la escultura de un Miguel
Ángel,..
como si hubiera viajado hacia el pasado,.., al momento preciso,..
de la generación de la imagen,..
El rictus sensiblemente abatido,.., congelado de dolor,…, el
sufrimiento extremo, inasible,..
y el hijo ya abatido,.., tomado con tanto amor, con tanta piedad hacia
sus restos,..
y con tanto dolor,.., el anhelo vehemente de una madre de querer
resucitar a su amado hijo,..
¿Y qué habrá sido de esa fe,.., de esa creencia transmitida,
delegada?,..
pareciera que ella totalmente se extravió, que ella se perdió en los
anales de todo mi tiempo,..
y se perdió entre la locura que ella me circundaba, quemante,..,
pesarosa,..
entre el temor y la fragua del dolor,.., de la frustración y de la
vida,..
Esas imágenes míticas,.., legendarias,.., casi rupestres,.., arcanas,..
que dejaron de tener un sentido,.., un valor,.., y un signo,..
¿O es que acaso soy una cuna,.., un rebalse,.., o solo unas manos casi
juntas,..
que quisieran acoger un poco de agua para poder beber, saciar mi sed?,..
de paso muy lento,.., trastabillante,.., o de una voz cansada,.., que
quisiera silenciarse,..
o unos oídos que ya no desean más escuchar, solo al silencio,..
Y en el fondo, no soy más que una sola voz que no desea acallarse,..,
silenciarse,..
que no pretendo,.., por más que me quieran apropiarme,..,
silenciarme,..
trasgredirme,.., pervertir a mi discurso,.., no podrán,..
Expreso lo que siento y creo,…, y no me callo,.., hoy ya no quiero eso
no,..
seguiré,.., seguiré,.., procurando encontrarme con esa fe del
carbonero,..
mas que nada, por no ser solo mi señor de la soberbia,..,
etnocentrista,..
Claramente el humano pervertido,.., fácilmente trasgrede todos los
limites,..
pero ello no implica ser un ilógico burro,.., un borrego,.., o
inconsciente,..
seguidor de mentiras,.., de falacias,.., o de gente realmente equivocada,
pervertida,..
¿Cuál es la medida?,..
una contagiosa y serena,.., alegría de vivir tan solo,..
no agrede, no exige,.., no sugiere,.., no explica,..
no se coloca o pone encima de los desdichados,..
tan solo convence con amor y una efervescente alegría,..
alegría,..