Y constante él se preguntaba ¿por qué era así,…, tan simple, tan
rostro,…, tan taciturno, obnubilado o pendejo?, no lo recordaba con certeza,
cuando fue que se “negara” a sí mismo y mucho antes daba el valor a los demás,..,
a los de siempre,…, siempre él se decía,…, se cuestionaba,…, ¿diré o no diré, escupiré
o no escupiré, me tirare a la hamaca o no,…, existiré o no existiré?,….
En este mundo atiborrado de egos fantoches,…, de personas incompletas
todas ellas,…, medrando desde sus miedos y sus odios,.., sus vilezas que de
alguna manera el habría ayudado a “crear” de alguna manera, o él lo creía firmemente,…
Ya no sabía que decir y que no decir al respecto de,…, ¿estará claro el
día u hoy tiene que llover?, ninguna opinión o aseveración importaban nada, era
como un bulto que no debía nada decir, ni proferir, ¿se lo habría ganado?, quizás,…
Pero este “personaje” casi mítico, leyendario,.., habría trascendido
las centurias y otra vez estaba aquí en este campo de rosales, llenos de
espinas, solitario, porque inclusive su fiel escudero, si alguna vez tuvo,…, pues
ya no le recuerda si habría existido o abandonado en alguna ocasión, por tantas
carencias y faltas,…
Triste la historia de este personaje derrotado n veces en todas sus
historias y que aun a pesar de todos los pésimos resultados,…, todavía no quería
abandonar del todo,…, y soñaba,…, encontrar algún día a su Dulcinea y a su
escudero extraviado y haber derrotado a los gigantes que creía,…, y que llegaba
glorioso a su aldea,…, vitoreado por todos,…, viva el Quijote,…, viva,…