lunes, 10 de agosto de 2020

Mis historias,...

Parteaguas,..

Lo siento, se que no escribo para "muchas" gentes y que de repente parece un caos mi cabeza, un bello y grande desorden, porque procuro escribir lo que se me venga en gana, aunque en este caso en particular, si busco seguir con mi cometido de "dejar" algo para mi descendencia,..., "alguien" decía, es que el COVID le dio consciencia a un tercero, en mi caso aunque no me ha tocado ello, la diabetes si me puso un estate quieto, me vi de repente en la posibilidad de la muerte, antes de que empezara el tratamiento, me decía mi hermana, te puede venir una insuficiencia renal y ahí quedas hermano,...

Mi locuaz forma de vida, mi desorden, nunca vio coronado sus sueños juveniles de riqueza, ni siquiera de estabilidad, siempre de alguna manera desde mi pubertad, yo viví en los limites, en los linderos de la locura, de la racionalidad, de la culpa (por tantas veces que me masturbaba siendo puberto), sin nada apenas resolver, la vida siempre me presentaba retos enormes para sobrellevar y como resultado de tanta incapacidad, fueron mis fracasos, mis errores que asumí y que pague y que pagaron mis seres queridos y cercanos, con creces,..., daños colaterales,...

Y desde allí, en ese escenario he vivido pues apenas, encendido el piloto, solo he practicado la virtud de estar, permanecer, cuando quizás nadie apostaría que lo haría,..., sobrevivo como las bacterias o como los virus,.., persistentemente,...

Desde joven, orgánicamente yo buscaba "algo" que relevara todo lo que se acumulaba en mi interior y que no lograba ser expulsado, por mi condición permanente de mutismo, un ser opacado abrumadoramente, y creí encontrar dos recursos que me gustaban, uno mas que el otro, la música y procure desarrollar mi talento, pero mis dedos no me lo permitían, ni mi oído, nada me ayudaba a descifrar los acordes, parecía cavernicola queriendo interpretar a Bach o a Mendelshon y nada que ver,..., simplemente no era mi talento,..., y rescate entonces las letras, que al principio, solo aporreaba la hoja en blanco y sacaba "borrones, manchas" del alma, pero poco a poco fui definiendo mejor y realmente rescate la poesía, que alguna vez mi hermano mayor algo me enseño, aunque yo bruto, necio, me burlaba,...

He encontrado en la escritura en general, mi baluarte, mi castillo, fortaleza,..., mi lugar atemporal donde se conjuga todo, tiempo, fantasía,..., interpretaciones de la realidad, expulsiones malsanas que cargaba,..., busque en ella, una expresión sincera e intima que deseaba me limpiara, me lavara mi alma y realmente, pude hacerlo, no se si al cien, pero con lo poco o mucho de este quehacer, he podido percibir realmente la belleza, común, cotidiana, ver y observar el heroísmo de tantos seres que pululan alrededor nuestro, humanos y animales, insectos, y aves,.., me ha permitido pues observar esos pasajes, paisajes,..., y que a veces, por medio de la escritura, de estos renglones torcidos, yo quisiera ofrecer,..., regalar,..., a ese ser que quizás busque lo mismo,..

No hice o forje nada material,..., creo a duras penas lograran enterrarme en algún sitio, que a manera de broma cruel les decía a mis hijos, "echenme al baldío y ya,..", pobres,..., que canijo yo,.. y solo pues he podido crear este enorme legajo de "papeles", letras desordenadas, quizás desproporcionadas muchas de ellas, pero que sin embargo he venido a hacer el compromiso propio de que fueran sinceras,..., desposeídas de la maliciosa perversidad de "engañar" y lucir desproporcionadamente, procure objetividad, pero se que el ser humano, es siempre un mitomano aunque lo niegue (mientras mas lo niega, mas lo afirma),...

Es pues mi legado, para un par de ojos que puedan valorarlo, rescatarlo, se que es mejor este monologo extenso, toda una vida de 65 años resumida, nada fácil, que un dialogo quizás muy necesario, no se si yo pudiera tenerlo cara a cara, se me van las ideas, las referencias, el discurso y siempre estoy presto a escuchar al otro, que muchas veces yo se, porque lo viví tantas veces,..., que solo la persona quiere ser escuchada, permitirle el desahogo profundo, el "descargar" su alma de manera extensa,..., quirúrgica, aunque pocos, muy pocos, puedan comprenderlo y realmente lograrlo, sin juzgar, sin acomodar ni una sola lagrima, una maldición, sin "meter mano" (siniestra casi siempre), es pues estos relatos, MI PATRIMONIO, para aquellos que lo quieran aprovechar, espero que mis nietos y bisnietos, ojala,...

Claramente a mi, mi niñez temprana, mis orígenes, me marcaron profundamente y dejaron secuelas profundas, si lo se,..., yo no plasmo TODO, hubo pasajes muy tristes, igual ellos si Dios me da la oportunidad, podría contárselos a personas cercanas interesadas solamente, estos relatos son "ligth", ligeros (para el Conalep,..., jajaja,..., ese canijo Franco, chiste local),..., porque es mi deseo que este patrimonio, sea contable para mis pequeños, aunque se que el enorme juez que he formado y formulado en mis hijos, quien sabe si podrán un día aprobarlo para ser leído de menos,..., dicho esto,..., sigo con la patoaventuras,...


Mis historias,...

Pasaje 2

Decía Alvin Tofler, en el Shock del Futuro (Bestseller de hace muchos años), que nuestra generación habría recibido este "shock" al poder haber vivido fuertes etapas de cambios profundos en nuestra forma de vida, llevados por cantidad de elementos de "cambio", la tecnología (pasar desde la radio a la TV en blanco y negro y luego a la TV a color, por ejemplo), o la cultura, la moda en el vestir, la visión de la sexualidad, la misma percepción de la política: los derechos civiles, la música de los jóvenes,.., etc etc.

Y fue pues el caso mio, a mi me toco esa enorme transformación "cultural", desde que de pequeño yo veía a mi abuela Matilde Ortega, que iba constante a la iglesia cubierta con su rebozo, hincarse y mirar arrobada a la imagen del santo o la santa, y golpearse repetidas veces el pecho, con una gran consternación y decir: "por mi culpa, por mi grande culpa",..., tantas veces que yo me preguntaba a mi tierna edad, ¿de que tendria culpa mi abuela?,...

Luego de muchos años, yo vería las películas de Buñuel o Alatriste, y claramente vería "replicar" estas imágenes, esa forma trágica y dramática de "llevar" su fe religiosa, de las personas de antaño, ese cierto misticismo y "culpa" grave y profunda, sentida,...

Mi abuelo Silvestre Clavellina (creo así se llamaba mi abuelo), fue peluquero, y desde mucho tiempo se estilaba que los hijos, principalmente los mayores, heredarían el "oficio" del padre necesariamente, y fue entonces que mi padre y un tío, heredaron el oficio y la peluquería de mi abuelo.

Mi abuela por otro lado, era "comerciante", tenia una tienda de las de antes, donde se vendía de todo, petroleo, velas de cebo, refrescos, pan y todo lo necesario para una familia, esta tienda dividida en dos secciones, la parte "abierta" al publico y otra lateral que servia como bodega, allí tenia un refrigerador circular y con estantes tipo rejilla y la verdad que no recuerdo si una vez o varias,..., yo me metí a el, por curiosidad o para refrescarme. Mi abuela, acorde a lo nuevo que se daba, se hizo de una TV en blanco y negro, y la acomodo de tal manera que pudiera colocar unas bancas para que los chiquillos se sentaran y pudieran verla, obvio que cobraba por ello, y con las ventas de golosinas, considero que no le iba nada mal a mi abuela.

En aquellos mozos años, tiernos realmente, yo tendría escasos cuatro a cinco años, recuerdo tantas cosas, el cañaveral de mi abuela, sus granadas, sus higos, y como siempre teníamos hambre, agarrábamos los frutos y obviamente mi abuela se enojaba necesariamente y maldecía no pocas veces, "canijos chiquillos traviesos,...", y nosotros corríamos despavoridos, porque ya sabíamos lo que nos esperaba, un regaño o una reprimenda,..

En esos tiempos había publicidad que "tiraban" desde avionetas con sonido, que cuando escuchábamos el "ruido", rápido corríamos para "cachar" lo que caía, a veces, pequeños paracaídas con monos de juguete y a nosotros nos daba enorme alegría cuando ello pasaba,..

Fue igual en Iztacalco, que convivimos con nuestros primos Clavellina, hombres y mujeres, y que como niños que eramos, a veces y quizás seguido, nos peleábamos, no a golpes, si a palabras, y salían nuestras madres al quite, no pocas veces y había enfrentamientos entre las tías y esto creo era, por tanta familia que eramos,..., hermanos Clavellina Ortega, mi tía Marcela y mi tío Evaristo y sus hijos, siendo ella creo, mayor que mi padre, mi tío Jorge y mi tía Estela y sus hijos, mi tío Pablo y mi tía Bertha, y sus hijos, mi tía Carmen que vivía con mi abuela, y mi tío Alberto y su esposa Ventura, era pues una enorme "vecindad familiar", con muchos problemas, pues había conflictos constantes por este hacinamiento y las "diferentes" formas de pensar y ver las cosas de cada familia y los chiquillos, tantos que eramos,...

Habia una tía mayor, mi tía Chabela, que no vivía en la casa paterna, ella y su marido Jesús, vivían aparte, y quizás por ello, no tengo ningún mal recuerdo, sino todo lo contrario, siempre fueron muy afables, ellos y sus hijos, que vendrían a ser los "mayores" primos de nosotros,..

Fue en esos años 60,s, que mi padre entro a la Compañía de Luz y Fuerza del Centro (mama "Lucha") y obviamente al SME (Sindicato Mexicano de Electricistas), me contó mi padre luego de muchos años que, cuando iban los "reclutadores" de la Cia de Luz, la "gente" en general se rehusaba a afiliarse a ella, ellos preferían mucho mas, quedarse en su rutina y su oficio, y sin embargo mi padre ingreso a ella, de peón, pintando y abriendo cepas para la electrificacion que se iniciaba en esos años en la ciudad de México y alrededores,..

Luego de un conflicto "severo" entre mi padre y mi tío, salimos "expulsados" de la casa paterna de mi padre, hacia nuestra nueva "aventura", la manzana V de la Colonia Juventino Rosas, creo era de madrugada cuando montamos todas nuestras escasas pertenencias en un carromato jalado por caballo, a nuestra nueva casa, nuestra nueva vida,...