Ahora con el conflicto magisterial, derivada por la postura básica de
la reforma propuesta y aprobada en relación al tema de la educación, se relevan
otras que pudieran ser de gran interés para todos los mexicanos, el tema de
evaluar a nuestros gobernantes se vierte o se decanta casi per se, solo en
México puede suceder que personas totalmente incompetentes (o sea que no tienen
la competencia), artistas diversos o deportistas, que en su vida han tenido
alguna función pública, de repente ya les vemos detentando tremendos puestos
gubernamentales, desde diputados, senadores o funcionarios jefes de alguna
dirección de gobierno, e igual esto se viene a presentar con la familia, del
presidente, gobernador o cualquiera que detenta un poder ejecutivo en la
administración pública, el “poder de colocar” a sus amigos, parientes o
conocidos, es un factor común (nepotismo rampante), que difícilmente no
veríamos en México en toda nuestra republica, empezando por allí, ya vemos el
porqué México está como esta, que no es para nada gratuito lo que pasa y nos
acontece.
En razón de este punto semiplanteado, nos podemos dar cuenta que
padecemos de un sistema despótico cien por ciento, en el no hay ningún margen a
que los subordinados puedan rebelarse, el jefe, el líder, tendrá la última
palabra, él y solo él, planteara todos los temas, la agenda, las prioridades,
los recursos, las fallas permisibles y las que no, en un sistema administrativo
netamente occidental, del tipo empresa, pareciera el perfil más viable, en
este, en una empresa “x”, depende de la habilidad gerencial del líder para
cumplir cabalmente con los objetivos propuestos que se plantea la empresa, que
en ella podríamos reducir a uno solo, básicamente: la obtención de utilidades
de manera tal que le permitan a la empresa seguirse manteniendo en el mercado,
o sea que un mal liderazgo, podría llevar a la bancarrota a una empresa y por
tanto es vital para la misma, contar con un “escauteo” muy preciso y selectivo
para poder conseguir allegarse a los mejores CEOs que puedan ser útiles a la
empresa y sus objetivos.
Casi de esto derivamos ¿Cuáles son los objetivos actuales de nuestros
gobernantes o líderes en prácticamente todos los ámbitos de nuestra
administración?, para casi cualquiera con dos centímetros de frente (no tontos),
sabemos que no es ser unos servidores públicos eficientes, sino más bien:
Aprovechar al máximo, el tiempo en el cual ellos están allí en ese
puesto para:
·
Ganar el máximo dinero posible, claramente en su
administración, el tiempo es oro, ya que ellos no saben, que les va a deparar
el futuro.
·
Beneficiar selectivamente (sino, no les queda
nada a ellos) a sus familiares, amigos y conocidos, para derivar dicho
beneficio que les cayó prácticamente del cielo a sus amigos, con la consabida
frase: “hoy por ti, mañana por mí”, llámese beneficios, cuidarle las espaldas,
hacer mutis, etc.
Es algo totalmente común en México, que los servidores públicos, de
cualquier nivel, no asumen ningún compromiso de rendición de cuentas, aunque
haya normas y procedimientos para ello, estos incumplen totalmente con su
espíritu sensor y evaluativo, y resultan ser solo trámites finales, para
“taparle el ojo al macho”, no buscan realmente una consecuencia lógica y justa,
que sería la auditacion metódica, precisa y exacta, del erario, para de allí
partir a las consecuencias judiciales y penales consecuentes, al haber
prácticamente “ROBADO” a la hacienda pública, en México hasta chiste hacemos y
decimos que es el año de “Hidalgo”, que se traduce: “chingue a su madre el que
deje algo” y vemos que en cada cambio administrativo, no es raro encontrar que
hasta las cucarachas se llevaron, dejaron la oficina gubernamental, como si
hubiera pasado un enorme tornado, casi siempre, dejando una deuda terrible con
algún banco, nacional o extranjero (se dice en México: “lo que no es en tu año,
no es en tu daño” y por ello se trasladan las deudas de generación a generación
de gobernantes), cuentas por pagar enormes con diversos agentes, y el sistema,
si algún día funciono, ya ni sus luces, por falta de aplicación de los
protocolos, por la corrupción total y abyecta de todos los operadores, en México
no es extraño que de repente desaparezcan oficinas administrativas completas
para darles otro nombre, ubicación y obvio, gente nueva, para cubrir sus vacantes,
aunque mucha de ella, “recomendada”, ya tiene un enorme “costal de mañas”.
¿Qué sigue?
Si, este, otro enorme tema: Evaluar a nuestros gobernantes, desde el
más pequeño hasta el Presidente. Así como se plantea en la reforma educativa,
la evaluación constante y frecuente a los maestros, sería necesario hacerse
para nuestros líderes y gobernantes, y el que no cumpla con dicha evaluación,
para afuera y no solo eso, sino que pueda ser evaluado por la justicia, para
ver si procede acción penal y al igual que se plantea en la reforma educativa,
formular la carrera de Servidor Público, que ella se estudie y permita
realmente a la ciudadanía, tener al menos las opciones más elementales para sus
gobernantes. Para muestra de nuestro sistema actual deplorable, un botón, es
terrible ver que una actriz, Carmen Salinas, no sabiendo ni la “O por lo
redondo” sea parte de nuestra legislación, donde se supone se están generando
las leyes que han de gobernarnos, ¿Qué criterio podría ella ejercer en la toma
de decisiones, con que ascendente emite su voto, a favor, en contra, en una ley
que podría lesionar a una parte de la población sino es que toda, como las
actuales reformas hechas?.
Es ciertísimo que el liderazgo es un don, como cantar o escribir, que
aquel que lo tenga, bien, ello le garantiza ese “charme” o “carisma” que le
llevara a conducir a los grupos y sociedades modernas, grandes ejemplos hay en
la historia, Napoleón, el Che, Fidel Castro, Mao, Lenin, Lincon, Luther King,
Gandi, Morelos, y tantos mas, obviamente que en términos más cercanos y
próximos, no podríamos exigirles a nuestros líderes tal altura, por ello
mencionaba arriba de la profesionalidad de la carrera de servidor público, ello
no nos garantiza ese liderazgo, pero al menos pudiera dar los elementos básicos
que podría tener o aspirar un servidor público para el bien ciudadano:
- Tener la vocación de servicio, es
indispensable.
- Tener un alto sentido de la ética, que
entienda claramente que los recursos que administra, no son de él, ni de
otra entidad, cualquiera que sea, que los mismos, son del pueblo y es para
su beneficio, el mayor que puedan lograr adquirir.
- Que tengan un conocimiento histórico
acerca de su comunidad, de sus carencias, para coadyuvar a abatirlas o
eliminarlas desde su ámbito de competencia.
- Conocimiento histórico de la corrupción en
México y como erradicarla.
- Que entienda claramente cómo funcionan los
sistemas gubernamentales, desde su creación, administración, evaluación y
hasta su erradicación, todo lo concerniente.
- Desarrollo de proyectos gubernamentales.
- Acuerdos y leyes internacionales de
interés.
- Que sepa de las leyes relacionadas con su
actividad como servidor público, ampliamente.
- Que sea totalmente crítico con los
procedimientos y sistemas establecidos, buscando sus mejoras constantes
para buscar un mayor aprovechamiento de los recursos públicos.
- Que se esté capacitando constantemente
para optimizar su avance y desempeño.
Estas notas en sí, son solo una propuesta, que buscan crear una
perspectiva, tocante al tema de corrupción en el gobierno y el cómo atacarle.
Mis saludos siempre.