martes, 4 de febrero de 2020

Límites,…

Y estábamos enfermos,…
de soberbia, de estrechez,…, de lucidez,…
de nobleza,…, no la teníamos,…, carecíamos,…

Teníamos tanto miedo,…, de no tener la razón,…
hacer el tonto de capirote,…
decir me equivoque,…, era imposible,…, no,…

Toda una vida errada,.., equivocada,…, no,…
habíamos creado una enorme lapida para todos,…
nuestros hijos, los nietos,…, los demás,…

El síndrome de Estocolmo, sería poco, casi na,…
esa certeza,…, rudeza benevolente,.., abrasiva,…, degradante,..
invasiva de todos los espacios, los creados y los aun no,..

Realmente poder escucharnos,…, poder hablar,…
empezar a balbucear,…, permitirle al otro poder expresar,..
delinear,…, pintar,…, cantar,…, declamar,…

En su propio espacio circular,…, en su propio discurso,…
cualquiera, sin dimensionar,…, tasar,…, excluir “algo”,…
una dimensión, un color,…, un lenguaje,…, “ciertas” palabras,..
conceptos,…, no limitar,…