No sé si fue porque ya lo conocí estando grande, yo tendría como unos
21 años cuando lo conocí, claro que había visto películas e imágenes del mar,
pero no lo conocía realmente, fue en una vez que mi madre y mi hermano se
resolvieron a viajar a Veracruz, a mi madre le encantaba ser “pata de perro”,
ella así lo decía, yo ya me sentía capaz de manejar en carretera, tendría pocos
meses de manejar y un día de tantos, no recuerdo bien si fue en Semana Santa,
que nos resolvimos a ir a Veracruz, y ¿por qué Veracruz y no Acapulco?, creo
era porque mi madre lo consideraba más caro Acapulco y fue entonces que nos
resolvimos ir a Veracruz, fue toda una Odisea el viaje, el sentir una mezcla de
emociones juntas: el sentido de aventura, de ver los paisajes y escenarios que
no nos imaginábamos siquiera,.., y por otro lado el miedo a tantas cosas, un
accidente, un posible problema mecánico, etc., creo que esa primera vez esto no
paso, aconteció, y llegamos creo ya algo tarde a Veracruz y fue entonces que vi
por primera vez el mar,.., su ruido, su olor, la brisa marina, las aves,..,
creo que desde que lo vi, aun algo gris el mar de Veracruz, cuando lo vi me
encanto y ya no pude dejar de sentirme “atraído” por él,.., por su inmensidad,
por su fuerza y su calma, el ser el hábitat de tanta vida,.., especies de todo
tipo,.., peces, tantas aves,.., y el humano navegando por sus mares,.., creo
que esa admiración magnética,.., mágica,.., es una constante de ¿muchos?,.., no
lo sé,.., pero al escuchar la canción de Alfonsina y el mar,.., pienso que esa
magia atractiva del mar le llamo a escoger “descansar” precisamente allí,.., y
luego tantas canciones que hablan del mar,.., y todas me son agradables,..
Luego de esa primera vez, algo trompicada, porque llegamos a las
afueras de Veracruz,.., porque no conseguimos hospedarnos en el centro de
Veracruz, estaba todo lleno, fuimos a parar a una casa de huéspedes en la orilla
de Veracruz, con todos los “asegunes” de lo mismo,.., mosquitos, calor, riesgo
de picaduras de animales ponzoñosos,., etc. y estuvimos 3 días creo y conocimos
varios lugares, la Isla de Sacrificios, el Malecón de Veracruz, donde un
chiquillo nos movía una moneda con la panza,.., o el bucito que se arrojaba al
mar para “alcanzar” una moneda que le lanzábamos,.., y la comida en el mercado,
la sonrisa de la gente,.., su afabilidad,.., en verdad que siempre fue más lo
positivo que lo negativo que logramos, obtuvimos,.., y no fue solo una vez que
fuimos a Veracruz, fueron varias veces, pero con el tiempo mi madre y hermano
que trabajaban en SSA, contrataban hospedaje en el ISSSTE y ello nos hizo más económicos
y seguros los hoteles en Veracruz y luego en Acapulco también fue una Odisea,
Caleta, Caletilla, La Quebrada, Puerto Márquez, Los Chaneques,.., los viajes en
el barco en la bahía con barra libre,.., todos esos lugares conocí,.., que
aunque íbamos muy pocos días,.., fueron varios viajes hacia Acapulco,.., en
esos años,.., 70 a 80,s, Acapulco era sumamente atractivo, y que luego cuando
me case en 85, con mi esposa en Mustang hacia Acapulco, deseando hacer un tour
en mi luna de miel, fuimos creo primero a Acapulco y luego a Taxco, y allí en
Acapulco coincidimos con mi cuñado y su esposa, la pasamos a todo dar, aun a
pesar de ciertos “detalles”, uno de ellos fue haber cargado a mi cuñado, que es
un tipo alto y yo chaparro, en un juego de “caballitos”, luego mi esposa esa
vez me dijo de ello, que mi cuñado se había “pasado”,.., sin embargo,.., yo me divertí
como un enano,.., jajaja,..
Todo esto lo relato porque siempre que yo iba al mar, algo “sucedía en
mi”, no podría describirlo con exactitud, ¿sentido de la inmensidad y la
pequeñez mía tal vez?,.., ¿una especie de encuentro notable con natura?,..,
siempre al solo verlo, algo pasa en mi interior que no sabría bien definir o
describir, pero realmente me ha agradado sobremanera,..
Igual fue en el mar que alguna vez pensé en el suicidio perfecto, ¿Cómo?,..,
consideraba comprarme aperos, objetos para adentrarme al mar y quitarme los
mismos cuando ya estuviera muy adentro,.., y sucumbir en el mar,.., remembrando
a Alfonsina y una vez realmente tuve estas negras intenciones, de adentrarme en
el mar de Acapulco, pero esa vez, unos perros bravos me impidieron entrar,.., y
como dirían en mi rancho adoptivo,.., Guanatos,.., “pa eso me gustabas,..,
culon”,..
Hoy entonces Mar,.., sin apellidos,.., quisiera algo escribirte,..
Eres Mar, un sincretismo, notable,.., fuerza y calma,..
sumas tú,.., dos antípodas inmensos,.., inefables,…
fuerza cuando avasallas con todo tu furioso poder,..
ciclones,.., huracanes,.., tsunamies,..
Y calma cuando luego te aquietas,.., de tal manera,..
y sereno te explayas,.., te extiendes,.., amplio,.., displicente,..
espejo multicolor, con sonido,.., con murmullo,..
reflejando la luna,.., tu compañera siempre,..
Inmensidad que nos abarca a todos,..
que te explayas generoso,.., de frescura
viene y va,.., viene y va,..
Si la tierra es nuestra madre,.., de los humanos,..
¿qué es el mar?,.., ¿nuestro padre, nuestro inicio?,..
no lo sé,.., quizás,..
Pero algo me pasa al contemplarte,..
me siento tan cruda y sensiblemente muy pequeño,..
solo un pequeño pedazo de materia frente a tu inmensidad y tu poder,..
Mar,.., mar,.., alguna vez escribí que me gustaría que mis cenizas
fueran esparcidas en ti,..
pero era un pensamiento ¿algo egoísta?,..
y entendí que mi cuerpo ya vencido,.., ya no era mío,..
y no me pertenecía esta decisión,..
¿Me he sentido ave?,.., cantidad de veces,..
pareciera evocar a Juan Salvador Gaviota,..
y siento que remonto todo: mi dolor,.., mi soledad,..
y todo lo mal que yo hice o me hicieron,..
y logro en la idea,.., el sueño,.., trascender,.., y brillar,..
Ya tu veras inmenso mar, si no habré yo de venerarte inmenso mar,..
siento que eres el espacio inmenso,.., donde mi alma
ya libre,.., transitara,…