que los humanos somos como islas,..
en un inmenso, enorme océano,..
otredad,..
Casi que solo nos logramos “tocar” por unos pequeños instantes,…
infinitesimales,…
que logramos coincidir y nos vemos profundamente a los ojos y creemos en el amor,…
y le sustentamos,…
Y solicitamos tanto ello pues,…, creer,…
Creemos que este permanecerá eternamente, para siempre,…
pero ello no nos sucede, no puede suceder en realidad,.., lastima y penosamente,..
pues, somos seres tan volátiles,…, tan vulnerables,.., volubles,…, contradictorios,..
y esa es la real condición humana,.., y no hay más (abrazo a tu alma),..
Fracasamos reiteradamente, si deseamos, retener, contener, acrisolar, esa magna primera ilusión,…
ese icono que consideramos nuestra pertenencia,…, ese bello poema,.., sublime,…, inescrutable,…
adimensional, sin espacio ni tiempo (es un fiambre),…, un holocausto de palomas,…
solo como un cuadro de Van Gogh, quizás colorido,…, externo, que se admira,…, expresado alguna vez,…
delineado y perfilado,.., filosóficamente perfecto, detenido en el espacio-tiempo,…
Y apostamos siempre por ella (por esa bella imagen),…, por su acariciado retorno,…
anhelamos ese primer candor, ese primer albor, esta ínclito en nuestro recuerdo,.., nos pertenece,..
ello nos invade,…, nos exige,…, ¡volved, volved!,…
Y es tardía y vanamente solo una ilusión que retenemos afiebradamente,...
con el corazón en la mano,…, ¿y ello fue?,…, ¿posible, fue cierto?,..
quizás sí, pero el ser humano no es para nada consistente, es imposible para él,..
dar vida, realidad, consumación pletórica a ese sueño,…
Y se nos escapa como agua entre los dedos,..
y si no reaccionamos conscientemente,…
quedaremos varados en el tiempo,…, con la mirada fija, perdida,…, extraviados,..
y que la realidad, ella persistente, consistente, nos niega, y nos rechaza esto mismo (su retorno),..
solo en verdad acaso fuimos, una ilusión hermosa,…, pasajera,…, un poema,…
un halito de la vida,.., tan solo temporal….
