Entrevista
Dices que
escribes cuando te pica la mano. Te ha picado últimamente.
“Por suerte no me faltan
picazones en la mano y escribo constantemente. Además es lo único que más o
menos me sale. A lo largo de mi vida quise ser muchas cosas que no pude ser.
Quise ser santo cuando era chico, que era muy místico, pero mi tendencia natural
al pecado me lo impidió. Quise ser jugador de fútbol, como todos los uruguayos,
pero era un pata de palo terrible. Quise ser pintor, dibujante, muchísimas
cosas y trabajé en muchas. Fui obrero en una fábrica, cobrador, dibujante de
letras, etcétera”.
¿En qué
momento te das cuento que lo tuyo era ser escritor?
Cuando me di cuenta de que era un
inútil total. Entonces algo tenía que hacer en la vida, y la verdad es que la
literatura me ha dado muchas alegrías. La certeza de que uno puede escribir de
tal manera que las palabras que broten de una página toquen la cara de quien la
está leyendo, como si las palabras tuvieran dedos, como un contacto real. No sé
si me explico bien.
Cuando uno
lee tus libros se da cuenta de que no te encasillas en un género determinado.
“Por suerte creo que estoy fuera
de los géneros. Y eso es el resultado de muchos años de trabajo en que fui
descubriendo que lo mío era una síntesis de diferentes géneros. Una tentativa
de síntesis para recuperar la unidad perdida del lenguaje humano. Entonces no
es clasificable porque además también eso proviene de un rechazo a la mala
costumbre de ponerle etiquetas a la gente en su frente, de encasillarlo todo.
Cuando se habla de literatura política me pregunto si hay alguna literatura que
no sea política. Si no hay alguna literatura que elija entre la libertad y el
miedo. Y lo mismo con las personas, nunca coinciden las etiquetas. Yo les
disparo a las etiquetas. Y cuándo me dicen escritor de qué. Yo digo: de todo,
de cualquier cosa. O cuándo me dicen usted es poeta; respondo, no, no escribo
poesía, o a lo mejor la escribo y no me doy cuenta, y eso me llena de alegría,
porque la literatura que más me gusta es la que revela la poesía escondida”.
Fuente: https://lahistoriadeldia.wordpress.com/2013/01/30/entrevista-con-eduardo-galeano-escribo-cuando-me-pica-la-mano/
Hoy un obrero
incansable de las letras dejó de lado su voz física,..
y no es que yo lo
diga, ya que lo poquito que yo he sabido de él,
es que no le agradaba
para nada la mentira, los honores, las etiquetas,.
y la grandielocuencia,..
A los “escritores”
y a la gente que inspirados de alguna
manera en su trabajo,..
nos tocará con
sencillez, amor y humildad, el continuar su preciosa labor,.., si ello queremos,..
ya que igualmente
era,..
un incansable
defensor de la disidencia,.., del “forzar” las cosas,.., de “conducirlas”,..
Ciudadano del
mundo,..
espacio que
consideraba sin fronteras,..
sin atavismos,
libre de prejuicios, dogmatismos y arquetipos,..
su vasta obra
alcanzará la dimensión enorme como una semilla de mostaza,..
su enorme fe,..