A los habitantes ya del cielo, de la luna en hondonadas,..
de los terraplenes, de los horizontes llanos,..., que
aquietaran,..
aquellos tan difíciles a que arribaras,..
Desde los amores incipientes,.., emergieran,..
do' las viejas heridas, los tremores,...
se quedaran,...
Donde en apaciguada luna, la mirada se inclinara,..
pareciera una vieja china, sabia y constrita,..
enseñando los designios,.., los devenires y futuros,..
musitara,...
Ay de mis tristezas, parece mi primer lenguaje,..
como un monólogo reincidente, cacofónico,..
muy agudo y tan chillante,..
Y es que no miro a los pájaros, los albatros,..
las cigueñas,..
esas que todavía traen,.., a los pequeños de París,..
tan lastimosamente,..., pobrecitas,..
No saben lo que hacen,.., tan sólo cumplen su cometido,..
y alguna vez se han equivocado,..
y han dejado en Madrid, a mi amada tan querida,..
ay muy lejos de mí,..
Y la rana enamorada, no se queda quieta y muda,..
salta, salta, a ver si a comer alcanza,..
su mosquito, a su presa,..
y es que quedado su lengua atrapada,..
en algún inefable hielo de ¿Abril?,..