jueves, 27 de octubre de 2022

Cuidar a alguien,…

¿Cómo pues hacerlo?, ¿efectivamente hacerlo?,…

Caray que difícil,…, ¿Cómo una persona tan volátil, tan esquiva, que se equivoca tanto, puede cuidar a alguien?,…, ¿y hacerlo bien?,…

No recuerdo exacto (pero sí), que le habría dicho creo a mi nieto, que antes de que tuviera hijos alguna vez, cuidara muy bien a su mascota, porque quizás ello sería una medida de madurez ella necesaria, para que uno pudiera “cuidar” a otra persona,…, mis hijos estoy seguro, estarían en desacuerdo de este concepto que expreso,…, seguro estoy,.., y obvio que no podría desdecirlos para nada,…, a duras penas sobreviví entre los parámetros de mi locura o inmadurez….

Alguna vez en Manzanillo, platicando con mi compañero guardia, él se sinceraba conmigo y me decía: “tengo un enorme temor de que mis bellas hijas, ahora adolescentes, lleguen a encontrarse con un fulano como lo fui yo y les llene el ojo y las seduzca”,…, con tanta insistencia que yo al cabo de un buen rato, le dije, creo saber cómo realmente puedes protegerlas como tu quisieras, sin asfixiarlas,…, sin lastimarlas más que beneficiarlas con tu sobre protección y no recuerdo si me dijo a ver dime,…, pero le dije,.., solo si las amas puedes protegerlas, porque sin cariño, amor hacia ellas, ellas no van a saber cuándo “alguien” se está sobrepasando o rebasando ciertos límites que no debía, solo pues la autoestima de la persona, puede levantar las alarmas que le protejan,…

Se dice fácil, se conceptualiza igual,…, pero que difícil es ese amor que debiéramos a la gente que nos es importante, casi una labor titánica,…, pues un hombre o mujer que no tiene una buena autoestima (figuras paterna y materna fuertes), no puede evitar el equivocarse notablemente y “confundir” el amor, el aprecio por aquello que no lo sea,…, igual mi némesis me ha comentado, es que requieres la guía de Dios,…, suena bien el eslogan, la publicidad y el mensaje,…, pero suena a “externo”, casual o una cita que no corresponde a la realidad, el caso es que “seguimos” a personas humanas, nuestros padres, hermanos, nuestras parejas o nuestros seres queridos y cercanos, amigos igual,…, digamos que “ellos” son los intercesores o intermediarios del amor, del afecto, de la proximidad confiable,…, así lo creemos, nos “debemos”, a esta persona o esta otra, o a la institución fulana o zutana, a esta sociedad o logia o grupo de pensamiento,…, etc,…, a esta figura icónica, señera,…, ella o él es nuestro referente, esta figura o persona es nuestro “modelo” a seguir en el amor, en el éxito,…, vaya cosa y falacia,…, luego de alcanzar la manzana, la zanahoria, el “éxito”, el “logro”, sucede que el príncipe o la princesa, no eran como las que imaginamos, no son, ni siquiera de lejos estas imágenes recreadas en nuestro escenario mental que nos dijimos, por “ella”, por esta causa,…, voy a luchar hasta,…, voy a pelearme con tantos (tipo Quijote),.. y na,…, nuestra figura, nuestro icono, de pies de barro,…, no es lo que imaginamos, para nada en absoluto,…, entonces, ¿cómo cuidar a alguien, como decirle, manifestarle y que comprenda que “ello” no es una garantía que no hay ese estado cuasi ideal, paraíso en el que estaremos encantados para siempre y no decepcionados ídem?,…, por eso estas palabras estimadas, ahora que todavía el alemán no me ha sujeto (Alzhaimer),…, mis futuras generaciones porvenir,…, definitivamente somos parte (los antepasados) de esa cadena de eventos de determinados círculos (viciosos casi que todos ellos), los antecesores, somos esos seres “inconclusos”, “inmaduros” tantas veces, incompletos, mediana o severamente equivocados o errados que no tuvimos el amor necesario (no solo objetos y comida),…, no fuimos amados decentemente,…, fuimos campeones en el efecto Pigmalión, pero al revés,…, de nuestra original condición, fuimos degradados,…, vapuleados, no queridos, no cuidados,…, y hasta golpeados o algo más,…, pues, ¿quién decentemente esperaría, que estos seres tan fragmentados, tan profundamente “lastimados”, pudieran ejercer el “amor” indispensable que requieren sus pequeños?,…, es un verdadero milagro que de menos sobrevivan los pequeños, lo cual no es una garantía al cien de que van a ser todos unos personajes icónicos, emblemáticos de nuestra sociedad o comunidad y que dada su “estructura” más proclive es que se dejen seducir por los “hechizos”, por las mentiras y falacias que se propalan y que no es “amor”….

Estas líneas pues no son una guía de cómo lograr tal cosa,…, el amor, el éxito, sino más bien un prontuario de tener en cuenta para su auto análisis,…, para acotar los efectos “colaterales”, para trabajar denodadamente en el auto reconocimiento, en definir y acotar nuestra “real” autoestima, casi que el primer encuentro tiene que ver con los complejos de Edipo (para los hombres) y de Elektra para las mujeres, y que yo lo traduciría de romper con el “icono” falso de esta figura icónica nuestra necesariamente, el padre o la madre,…, en verdad que no se puede querer a un falso personaje (un ideal que creamos), una botarga o un pupet,.., se debe querer al ser real de carne y hueso,…, con todo,…, sus carencias, sus defectos, sus errores,…, no hay de otra,…, la “reconciliación” con la realidad, quizás comienza desde aquí,…, pero igual nuestra mirada, nuestro corazón, debe ser templado, medido, porque regularmente hemos creado “mecanismos”, conductas alternativas o “llevaderas” que nos han permitido vivir en el “error” tantos años (negación), hemos ido de un extremo a otro, desde el victimarse profundamente a decir, “no, a mí no me paso esto que dices,…, no,.., ni en cuenta”,…, nuestro corazón u orgullo nos dicta eso, son mecanismos que creamos necesariamente,…, para “evitar” sentir las fuertes emociones que se generaron,…, de menos desamor, odio,…, resentimiento,..

Ya,…, creo que con eso “algo” queda,…, espero darme a entender,…, abrazos (no balazos) estimados seres, apreciados,…