y claramente mal repasada por su básico interlocutor,…
Siempre recortada y auspiciada por motores que no podemos controlar,..
¿El recuerdo? solo es un eco que elegimos reproducir, llegar a creer,..
pero nunca recordamos pues, la nitidez fidedigna de lo que pasamos,..
¿Qué oprimía nuestro pecho, que de las dudas y los miedos e incertidumbres,..
que de la congoja o la zozobra de lo que sentíamos,…, y los pesares,…
y los odios que nos impulsaban?,.., ¿dónde quedan?,…
Y formulamos una creencia o explicación de aquello que se “adaptara”
a nuestros deseos,…, pareciera que la “caverna” siempre existe en el umbral
de nuestra consciencia,…
Siempre se quiere, se pretende,…, escindir al ser humano entre dos asíntotas,…
que nunca logran coincidir,…, el bien y el mal,…
Y recargarlo, juzgarlo y evaluarlo desde estas dimensiones,…, nosotros mismos,…
el condicionamiento, él nos exige hacerlo igual con nosotros mismos,…
por eso estamos inclinados al “pecado”, pues nos han convencido de que “somos” así,…
malos en general y “buenos” solo por escaso accidente,…
Nos “parten” en dos, en esa dicotomía ciertamente perversa,…, y entonces nos escindimos,…
trágicamente,…
Y en verdad que no somos un Jekil and Mr Hyde,…
y solo somos uno solo, tan solo,…
Si nos reconciliamos con esa escisión forzosa,…, quizás,…
estaremos en sagrada paz,…, aunque la palabra, su definición,…
ha sido muy mal usada,…
