lunes, 17 de junio de 2019

La educación en casa,…


Hay un dicho reciente: “se educa en casa, se estudia en la escuela”, como haciendo una diferencia muy necesaria pero no obstante, ya lo he mencionado también, que “el fruto no cae lejos del árbol” y además “la educación se mama, no se enseña”, esto último es bastante evidente, pero a los padres de continuo se nos olvida, o no lo queremos ver y pensamos que solo basta con “regañar” a los hijos, para que ellos “se enderecen” y esta pretensión, prácticamente “NO SUCEDE NUNCA, NO PASA”, y por ello muchas veces NOS PELEAMOS con los hijos rebeldes, según y además nos exculpamos, “es que no me hace caso”, creemos que eso es todo lo que podemos hacer y tal pareciera que ello es desafortunadamente cierto, pero claramente debemos al menos, analizar el proceso o hecho realizado: DESAMOR produce UN MAL EJEMPLO lo cual lleva a que los HIJOS NOS CLONAN NUESTRAS MALAS ACTITUDES y de allí NOS ENOJAMOS CON ELLOS Y LOS REGAÑAMOS REITERADAMENTE y al final LOS DESCALIFICAMOS.

Y este proceso se repite “n” veces, en algunos casos, TODA LA VIDA.

Quizás en principio debíamos reconocer varias cosas importantes:

1.      Ciertamente que la educación “se mama”, que no se enseña, si vemos algo “mal” en los hijos, quizás debemos preguntarnos ¿qué estamos haciendo mal nosotros? Y corregirlo dentro de lo posible para no caer en la falacia: “haz lo que te digo y no lo que hago”.

2.      Si el hijo (a), ya adquirió nuestro propio mal ejemplo y actitudes, desafortunadamente no hay mucho que pueda hacerse, acaso entenderlo, comprenderlo y aceptarlo y buscar sobrellevarlo de la mejor manera posible, evitando que estas malas actitudes replicadas, “afecten” notablemente a otras personas o al mismo hijo malcriado, buscando mecanismos para evitarlo, pero de ninguna manera ponerse en esa actitud soberbia de sano-enfermo, lucido-loco, tonto-inteligente, santo-diablo y en realidad comprender que ellos “nuestros” hijos malcriados, solo “clonan” nuestras malas actitudes para su mala fortuna.

3.      Hay quien sostiene lo contrario, “yo nunca voy a ser como mis padres”, y según actúan en de manera contraria, según, si vivieron precariamente, buscan “resarcir” esta deuda pendiente con sus hijos y buscan procurarle todo aquello que sus padres les negaron. En ocasiones, ello resulta en un “exceso”, no justo, no medido, que daña igual o peor a los hijos subsecuentes.

Yo sostengo que una “buena escuela o educación”, podría romper el paradigma, para que los hijos pudieran trascender sus filias y ascendientes, atavismos que desgraciadamente han venido acarreando:

v  Machismo/hembrismo.
v  Misoginia y su contrario.
v  Etnocentrismo, mente cerrada.
v  Falta de amor propio (la vanidad y la soberbia son eso mismo, no solo la minusvalía).
v  La corrupción
v  La violencia en general, ejercida y permitida.
v  Etc. etc.

Y ¿por qué la educación debe “hacer” la chamba de este “traslado” de malas actitudes hacia las nuevas generaciones? La respuesta al menos para mí resulta obvia, nuestros padres, nuestros ancestros, NO PODIAN DARNOS más que solo aquello que podrían tener la capacidad de darnos, solo eso podrían darnos, ya que no mas conocían.

Considero que una sociedad humana tan desatendido como la mexicana por el estado y los gobiernos, teniendo como tutora o pilmama a Televisa o TV Azteca, de millones de mexicanos de la clase media y baja, creando “modelos” muy “chafas y bajos” en todos los sentidos, lo que es el amor y valores de las familias, permitidos y aceptados a través de la repetición diaria y constante, el famoso “coco wash” = “lavado de cerebros”, es que venimos a tener esta sociedad tan llena de huecos y vacíos monumentales, sistémicas, el ciudadano NO CREE MERECER UN GOBIERNO DIGNO, NO CORRUPTO,.., y tanto más que se deriva.

Por eso recalco la importancia de la educación institucional, pero bien llevada, excelente, menos que eso, de nada o poco serviría.

Abrazos conciudadanos,…