Hay un dicho reciente: “se educa en casa, se estudia en la escuela”, como
haciendo una diferencia muy necesaria pero no obstante, ya lo he mencionado también,
que “el fruto no cae lejos del árbol” y además “la educación se mama, no se
enseña”, esto último es bastante evidente, pero a los padres de continuo se nos
olvida, o no lo queremos ver y pensamos que solo basta con “regañar” a los
hijos, para que ellos “se enderecen” y esta pretensión, prácticamente “NO
SUCEDE NUNCA, NO PASA”, y por ello muchas veces NOS PELEAMOS con los hijos
rebeldes, según y además nos exculpamos, “es que no me hace caso”, creemos que
eso es todo lo que podemos hacer y tal pareciera que ello es desafortunadamente
cierto, pero claramente debemos al menos, analizar el proceso o hecho
realizado: DESAMOR produce UN MAL EJEMPLO lo cual lleva a que los HIJOS NOS
CLONAN NUESTRAS MALAS ACTITUDES y de allí NOS ENOJAMOS CON ELLOS Y LOS
REGAÑAMOS REITERADAMENTE y al final LOS DESCALIFICAMOS.
Y este proceso se repite “n” veces, en algunos casos, TODA LA VIDA.
Quizás en principio debíamos reconocer varias cosas importantes:
1.
Ciertamente que la educación “se mama”, que no
se enseña, si vemos algo “mal” en los hijos, quizás debemos preguntarnos ¿qué estamos
haciendo mal nosotros? Y corregirlo dentro de lo posible para no caer en la
falacia: “haz lo que te digo y no lo que hago”.
2. Si
el hijo (a), ya adquirió nuestro propio mal ejemplo y actitudes, desafortunadamente
no hay mucho que pueda hacerse, acaso entenderlo, comprenderlo y aceptarlo y
buscar sobrellevarlo de la mejor manera posible, evitando que estas malas
actitudes replicadas, “afecten” notablemente a otras personas o al mismo hijo
malcriado, buscando mecanismos para evitarlo, pero de ninguna manera ponerse en
esa actitud soberbia de sano-enfermo, lucido-loco, tonto-inteligente,
santo-diablo y en realidad comprender que ellos “nuestros” hijos malcriados,
solo “clonan” nuestras malas actitudes para su mala fortuna.
3. Hay
quien sostiene lo contrario, “yo nunca voy a ser como mis padres”, y según actúan
en de manera contraria, según, si vivieron precariamente, buscan “resarcir”
esta deuda pendiente con sus hijos y buscan procurarle todo aquello que sus
padres les negaron. En ocasiones, ello resulta en un “exceso”, no justo, no
medido, que daña igual o peor a los hijos subsecuentes.
Yo sostengo que una “buena escuela o educación”, podría romper el
paradigma, para que los hijos pudieran trascender sus filias y ascendientes,
atavismos que desgraciadamente han venido acarreando:
v
Machismo/hembrismo.
v Misoginia
y su contrario.
v Etnocentrismo,
mente cerrada.
v Falta
de amor propio (la vanidad y la soberbia son eso mismo, no solo la minusvalía).
v La
corrupción
v La
violencia en general, ejercida y permitida.
v
Etc. etc.
Y ¿por qué la educación debe “hacer” la chamba de este “traslado” de
malas actitudes hacia las nuevas generaciones? La respuesta al menos para mí
resulta obvia, nuestros padres, nuestros ancestros, NO PODIAN DARNOS más que
solo aquello que podrían tener la capacidad de darnos, solo eso podrían darnos,
ya que no mas conocían.
Considero que una sociedad humana tan desatendido como la mexicana por
el estado y los gobiernos, teniendo como tutora o pilmama a Televisa o TV
Azteca, de millones de mexicanos de la clase media y baja, creando “modelos”
muy “chafas y bajos” en todos los sentidos, lo que es el amor y valores de las
familias, permitidos y aceptados a través de la repetición diaria y constante,
el famoso “coco wash” = “lavado de cerebros”, es que venimos a tener esta
sociedad tan llena de huecos y vacíos monumentales, sistémicas, el ciudadano NO
CREE MERECER UN GOBIERNO DIGNO, NO CORRUPTO,.., y tanto más que se deriva.
Por eso recalco la importancia de la educación institucional, pero bien
llevada, excelente, menos que eso, de nada o poco serviría.
Abrazos conciudadanos,…
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