Quizás es necesario que nos caigamos no pocas veces,..
a ciertos ratos,..
para saber, distinguir,.., una piedra de una ojiva,..
Para poder el comprender en verdad, la falacia del orgullo humano,..
la soberbia,.., investida de mil maneras que nos acecha constante,..
constante,..
Y nos hace presas de la firme convicción de estar en lo correcto,..
sin falla, sin tacha,..
Nos decimos a nosotros mismos,.., Víctor eres impecable,.., sabio,..
¿?,.., ¿será posible?,…, sabia es la vida que nos va colocando,…
en el perfecto lugar apenas con el tiempo,..
Que pequeñez deveras del nimio humano,.., tan sensible,…
esa criatura, ese ser plagado de fallas, de defectos,.., miedos,..
de hechos negativos,.., realmente malos,…
Y sin embargo,.., debo quererlo,.., debo quererme,..
a pesar de todo,…, a pesar de todo,..
Debo comprender esa cualidad de lo humano,..
ese ser taciturno,.., obnubilado,..
confundido hasta la parodia,..
(aunque nunca lo manifiesta, lo acepta, ¿cómo, para qué?)
Ciertamente esta labor de acercamiento,.., de aproximación,..
solo a cada quien le corresponde,..
antes yo ya lo he visto demasiadas veces,..
Das,.., pero no esperes las gracias,.., todo lo contrario,..
la honesta maldad humana egoísta, será la que corresponda,…
