Ciertamente es,…
que el dolor y la fractura pueden,..
desviar una vida,.., trocar a la mirada,.., entristecerla,..,
agobiarla,..
Pero ya lejos del primer dolor,.., el más íntimo,..
si se tiene un poco
de valor,.., de coraje,.., algo,..
Puede traducirse en encomio,.., coraje,.., resistencia,.., valor,..
y prácticamente de la nada,.., puede resurgir otra mirada,..
que visualiza un germen,.., un brote nuevo,.., donde nada existía,..
Sin embargo,.., antes de mirarle,.., ya existía
y este se encuentra de golpe el prodigio,..
la sensibilidad suficiente que nos arrebata de nuestro mutismo,..
de nuestro encierro,..
¡Había una flor,.., había!,..