que fuera muy dócil, como corderillo,…
que siempre asintiera; “si papa, lo que tú digas”,…
y que fuera muy inteligente, astuto, sabio,…
Cualidades todas ellas de que carezco,..
y que no tuviera que defenderlo, de nada, prácticamente,…
que además él o ella fueran mi apoyo, mi sustento,…
mi esperanza,…
Y que le tuviera una fe, inquebrantable,…
y que disfrutara de todos sus éxitos y entendiera sus fracasos,…
pero,…, eso no se me da,…
Siempre me equivoco en las “calificaciones o evaluaciones”…
de su ser o su actuación,…, siempre (casi),…, le desconfió, no le creo,…
estoy casi seguro de que fracasara,…, que no lograra lo que promete,…
siempre temo, que sus “cosas” solo sean sueños adormilados, fantasías,…
“alucines”,…, y de repente me pregunto,…
¿Qué tanto es lo que yo aporto para sus “logros”, sus fracasos?,…
¿qué tanto yo bonifico, acredito, y que tan imponente e importante suelo ser?,…
¿y qué tan positivo, entusiasta o mendigo, puedo ser?,…
Ay miseria,…, ¿cuánto puedes asistirme?,…
ay dolor que la pena no quita,…, y que difícilmente se rebasa,…
y ¿el perdón?,…, ¿para qué?,…, si he dejado hondas huellas,…
profundas,….oh….
