jueves, 7 de febrero de 2019

Tolerancia


Hoy si propongo, un mundo lleno de gente diversa, compleja, nada igual, similar, donde haya ejércitos de “seres” disidentes,.., que no haya símiles, clones, que casi ello, sea como un “falta” notable, sensible y que el estado o gobierno no busque ello,.., que siempre procure la divergencia en prácticamente todo, que nadie tenga que “amoldarse”, parecerse forzosamente a un “alguien”, un modelo de alguna manera, aduciendo belleza, superioridad, mayor estética, valor o fuerza de un alguien superior a otros menores.

Empatía, antipatía.
Es en los jóvenes que la empatía es como un “credo” que “debe” de ser necesariamente, estar fuera de la “moda” que se “acepta” que se sigue, en el modo de pensar, expresar un pensamiento, un discurso o inclusive una determinada conducta, son “pecados” de la exclusión, prácticamente “nadie” quiere en ese periodo adolescente, “padecer” de esa barrera ruin, todos de jóvenes,.., seguimos al “líder”, no importando que algo nos indicara que “ello” no estaba bien del todo, que alguna duda tuviéramos,.., teníamos que seguir “todo” lo que el líder planteaba, era imposible no hacerlo, porque si lo hacíamos, nos caía una andanada de insultos e improperios,.., y forzosamente un aislamiento o proscripción del conjunto y al final éramos calificados como seres “raros”, “extraños”, cualquier adjetivo valdría para definirnos, cualquiera, “ruco, abuelito, retrógrada, alucinado”, etc etc.

No ir con la corriente si requiere “harto” valor, porque es mucho fácil no hacer pelea y dejarse conducir por el camino que nos plantea el “líder”, en la juventud esto es casi forzoso que suceda, no podíamos contravenir este “pacto” o ley no escrita pero que intuíamos que debía ser así.

La “tolerancia” como tal, es todo un precepto que “forza” nuestra carreta de manera monumental, ya que nos obliga a “abrir” nuestra percepción de manera notable, casi creo que en cada ser humano, basado en mi experiencia de vida, hay un pequeño “dictador” declarado o en ciernes, que no sé qué autor decía, que existe una fuerte fuerza o energía de deseo de conquista de su par cercano, que es parte de la naturaleza, es como digamos, el miedo visceral del humano, llevado por la falta de predicibilidad, o sea la incertidumbre que existe, antes de tomar una acción, una postura y “prefiero”, imponer mis propias “nociones” o “valores” que considero, antes del otro.

¿Cuáles son los límites de la tolerancia?
Casi siempre argüimos ello en son de que no haya personas “distintas”, diferentes, consideramos que igual la masa estadística, la “democracia”, el poder del vox populi, es el que delimita estos de los seres de su comunidad, “TODOS” nos creemos con derecho superior sobre los otros o demás, realmente la visión es totalmente centralista, egocéntrica y no nos permite muchas veces, ni siquiera “revisar” al otro, su visión, su sentimiento, su cultura, su forma de vida, o hasta su expresión diaria, cotidiana o hasta sus sueños, realmente les demeritamos o simplemente no los consideramos, una completa ceguera casi siempre nos acompaña, la “tolerancia” como valor, yo diría que es como un “supravalor”, ya que el nos obliga de manera “notable” a permitir y permitirnos a TODOS, su ser y existir, en prácticamente TODO, un mundo “hiper abierto” a cualquier noción nueva, diferente, sin casi nada de cortapisas o condiciones, los “amantes” del orden y de las leyes y de lo “formal” se habrán de escandalizar y ciertamente me condenaran y desearan quemarme en leña verde, pero en definitiva esa es mi percepción acerca de la tolerancia.

Un valor para podernos “permitir” como sociedad, una disidencia critica que evite el conformismo.

Hasta aquí estas notas,.., abrazos conciudadanos.