lunes, 31 de enero de 2022

El ausente,…

¿Es que acaso la muerte, puede obligarnos a abandonar nuestras posturas maniqueas?,…
¿será posible?,…

¿Será cierto que el encuentro con el sensible vacío nos redime, nos absuelve?,…
que más allá de los linderos de la vida,…, ya todo lo pueril y lo importante se rebasa, pues ya no hay ningún caso que sea perseguible, que se cuestione,
pues no hay ninguna amenaza que por haber sido proferida esta tuviera ya algún valor, ausente el emisor o el argumento ya pudiera sensiblemente olvidarse,…, ¿obviarse?,..

Que los mismos (argumentos), ellos solo puedan ser repetidos como un eco vacío,…

Oh muerte que nos empatas a todos,…, que nos reduces a todos,…, igual, justa, equitativa siempre,…, nadie se os escapa,…, ni el mendigo más vil,…, ni el niño entusiasta,…
ni el venerable anciano,…, ni el perverso mas torvo,…, todos nos rendimos a ti,…

¿Alguien pudiera estar preparado a recibirte?,…, seguro estoy que nadie lo estamos,…
nadie queremos tu sensible, profunda y abyecta realidad que nos termina,…, que nos acaba y nos silencia, y esta vez para siempre,…

Ya nuestros ojos se cierran y más nada ya contemplan,…
y nuestros oídos ya no escuchan nada en absoluto,….
tan solo vacío, ausencia de todo, un enorme frio e indiferencia,…
un olvido necesario,…, sanitizante,….

Y vaya que elocuente,…, un sensible cambio de paradigma,….
de menos del ausente,….