domingo, 31 de marzo de 2024

¿Estamos solos?,….

Yo creo que si,…, el mayor tiempo, lo estamos,…
en ciertos momentos importantes, estamos solos,…
al nacer, estamos solos,…, al morir, también,…
al enfermarnos, nadie podrá suplir nuestro lugar
por más que asegure amarnos,…

En las decisiones importantes que tomamos,
estamos solos, cierto es que habrá consejos, sugerencias,…
ordenes, pero al final será nuestra decisión la que resuelva,…
tomar una acción o no tomarla,…

Nuestra alma, esa entidad que desconozco como un universo,…
esta sola, meditabunda,…, y ella “siente” y “algo” nos transmite,…
¿entendemos, “captamos” su mensaje, su reclamo?,…
su omnisciente soledad, su aislamiento, ¿trasciende?,…

Solo somos un vehículo, un puente, un enlace terrenal
que anhela comprender esa vital necesidad de comprensión,…
ese “acompañar”, ligar a esta con la vida, mi vida, mi percepción,…
mi empatía y mi abrazo,…, mi alegría y mi paz,…



¿Podría arrepentirme hoy o mañana?,…

¿De haber sido lo que fui o he sido?,…., en verdad,…
hubiera querido ser la figura icónica, pletórica, desbordante,…
un “sabio” recurrente en ocasiones necesarias o un maestro que sabe o conoce
todas las respuestas y un ejemplo que pudieran desear seguir varias generaciones,…, o un ser amable, diplomático, político,…
amoroso lo suficiente, un gentil hombre,…, vaya,…

Y no fui,…, fui acaso solo como un péndulo que se acomodara según el viento, que cambiara o modificara su quietud o su vibración según las necesidades “requeridas”, no era mi libre voluntad la que quisiera o ejerciera, o el coraje que tuviera lo que compondría o rompería todo,..

Solo agachaba la cabeza,…, y aceptara a regañadientes, la orden o la insidia,
la inquina ajena, el egoísmo, o el desamor,…, la “falta” indispensable de valor propio o del ajeno, el cual exigía un vasallaje, un “porca” miseria, una vida
miserable,…, “falsa”,….

Hubiera querido ser,…, decente, fuerte, amable, amoroso,…
perdonador de cantidad de faltas propias o ajenas,..
de mis victimarios o de mis víctimas,…

Pero no fue así,…, he cargado con este enorme peso,…
¿toda la vida?,…, hoy en este punto quisiera, de honestidad,…
¿aceptarlo?,…, ¿admitirlo?,…, ¿por qué no?,…

En este interludio, en esta pausa enorme de la duda e indecisión,…
entre lo bueno y lo malo (y que pudiera ser peor),…, entre el coraje de enfrentar
¿el juicio? (¿de la historia?), la deformación de los pensamientos y sentimientos
abigarrados de la gente que nos interesa,…, o interesamos,…

Habría que aceptar de menos los “simples hecho y desechos”,…., el tiempo
que no vuelve, no regresa,…, la “consciencia” torturante que no deja de morder,…
el deferir (necesario) de la acción, las palabras o los hechos y acciones que se hacen o dejan de hacerse,…

Dejar pues en manos del devenir, el futuro, todo, el “juicio” tan necesario para que las futuras generaciones evalúen, midan (es híper necesario), las acciones que pudieran proseguir o no,…, y al final, quizás un sencillo perdón o aceptación pequeña de este ser, pequeño en potencia,…
en verdad, en sabiduría o en amor,…, vaya que si,…
ojala, ojala,…