Tolerancia es permitir, es dejar ser y la intolerancia es lo opuesto,
es interferir y no permitir ser, ¿qué es lo tolerable? y ¿qué no?, ¿hasta dónde?,
¿hasta cuándo y cuanto?, como ser viviente en una sociedad, estos límites
fueron acaeciendo, yo no los resolví, se fueron dando, mucha de la “intolerancia”
en mi entorno, va obedeciendo a un sin número de factores, la cultura, los “valores”,
la moral, el sentido del bien y el mal, la indoctrinacion, mi historia de vida,
mi entorno familiar, etc., alguien podría acuñar el concepto, el “inconsciente
colectivo” (Carl Gustav Jung), el caso es que mucha de la intolerancia que yo
pudiera tener, obedece a mi fuero interno (nace en mi) y otras, me son
heredadas, en toda sociedad moderna hay infinidad de ejemplos de tolerancia y
su opuesto, prácticamente en estricta esencia, todo ser humano es un depredador
de su congénere, de su “hermano”, Cain y Abel, la dupla inseparable, el
victimario y la víctima, el Rey y el vasallo;, el ser humano por más abierto
que pretenda ser, desea genuinamente “permanecer” y persistir, trascender, no
quiere ser “borrado” o ninguneado, quiere ser reconocido y hasta cierto punto
venerado y respetado, el ego, su ego, sufre mucho si esto no sucede en cierta
medida (al tamaño de dicho ego), de tal suerte que abierta o veladamente, el
humano busca colonizar al “otro”, su congénere, ya sea por medio del discurso,
la retorica, o por otros medios (chantaje, manipulación, seducción, la voz del consenso,
etc), ¿se podría concebir una sociedad tolerante donde todos y cada uno de nosotros
podamos desarrollar nuestras inclinaciones de manera libre y soberana, sin
menoscabo de mi hermano, vecino, conciudadano? Sería ideal, y alguien diría que
es una utopía, algo realmente imposible de fabricar, por el humano, por sus
enormes carencias “in situ”, morales y espirituales y que de hecho, por esta
misma carencia, se ha llegado a concebir en que la indoctrinacion del “alma” es
la vía de acceso al ascendiente de la raza humana toda y de allí fácilmente llegamos
a los fanatismos “ultra”, las cruzadas donde no importa cercenar la vida misma,
sino la fe que debe imbuirse e imponerse, a fuerza de la espada que blande.
Arribar a un mundo moderno, donde las carencias de todo tipo campean en
todos los sectores y lugares, donde la desesperación se va haciendo algo
cotidiano, las injusticias y los reclamos se hacen de más de continuo
insoslayables, los grandes crímenes, los nefastos personajes, los asesinos en
masa, los corruptos, y ladrones, etc., ¿Cómo arribar entonces a esta sociedad “Cuasi-tolerante
en demasía”?, donde todos podamos coexistir, sin menoscabo del otro, en verdad
una gran tarea por hacer, los absolutistas dirían: a mi modo, a mi manera y los
demas, diremos, “ya se irá dando, no te preocupes” , sin embargo debemos, creo
de recordar las palabras y concepto de Evelyn Beatrice Hall, traduciendo a
Voltaire, “defenderé hasta la muerte, tu derecho a decirlo aunque después te lo
refute”.