Se dice mucho de la Ingeniería,
para bien y para mal, se han considerado muchos logros del mundo moderno,
atribuibles un tanto al uso o aprovechamiento de la Ingeniería, en cantidad de
ramas, pasando desde la construcción de grandes obras arquitectónicas, hasta
las que muchos legos no podrían saber: la ingeniería económica, la programación
lineal por ejemplo, pero así como se promocionan tales logros, se denosta y se
señalan grandes “pifias” de la ingeniería o de los ingenieros que la aplican,
en México, desafortunadamente, se han dado cantidad de casos, que se han
guardado como “leyendas” urbanas y que sólo se mencionan a manera de chiste,
sin saber a ciencia cierta, de parte del oyente, si es en serio o no, y muchas
veces, seguro que sí, es en serio.
Por otro lado, a pesar de que yo
no me titule de la Ingeniería, trabajé algunos años en un pequeño grupo staff,
con el rimbombante nombre de Investigación y Desarrollo, en verdad que mucho de
nuestro desempeño se venía acotando de muchas maneras y modos, por los defectos
propios de la organización a la cual servíamos, o bien de las capacidades
limitadas que podríamos tener, las personas que estábamos en dicha área, sin
embargo a pesar de estas sustantivas limitantes, acudí a cantidad de cursos y
si busque también “autoprepararme” en los temas asociados a nuestro quehacer,
que era en mucho, evaluar, promover cambios, estudios de proyectos (su
evaluación), mantener al área operativa actualizada, etc.
Con estos antecedentes, no es
raro entender, que desde hace tiempo yo venía pensando en lo siguiente: ¿cómo
trasladar las herramientas de que hace uso la Ingeniería o la administración
moderna, a efecto de ser aplicables en la política?, entendiendo que la
política, es el medio de conjugar esfuerzos de una población delimitada.
De allí unas pesquisas, o
semiplanteos:
1. Valores de guía. En la administración hay una idea de fondo,
substancial, lo que busca es: su preeminencia, que tacita o explícitamente,
asocia lo referente al termino, ganancia
o utilidad, como idea principal, como guía y se considera de allí todo un
tratado, que si la utilidad debe ser de tal magnitud, que si la empresa debe
tener cierto apalancamiento, que las razones financieras, que los índices que
deben corresponder a dicho sector marcan, etc. etc.
2. También la administración, no ha evitado el
considerar, los proyectos que no tienen de fondo o guía la utilidad y se han
dado desarrollos para evaluarlos, desde las perspectivas diversas que se
pudieran considerar, pero en verdad, por los pobres resultados evidentes en lo
público, creo que han adolecido de una atención muy bien cuidada y precisamente
por la falta del estimulo o incentivación económica, y parece ser que sólo el
ciudadano, que recibe los “resultados” de la gestión pública, es el más
interesado en que esto cambie.
Es entonces, que dadas estas dos premisas,
se plantea lo siguiente:
·
Creo en definitiva que se debe formular la agenda inicial, ¿en base a qué?,
nuestros gobernantes de “largo colmillo”, ya han sabido plantearla desde hace
mucho, mucho tiempo, aunque considero que sus guías rectoras no han sido nada
buenas para los ciudadanos que los llevaron al poder, podríamos quizás delinear
algunas de ellas, casi por default:
o ¿Cómo permanecer el
mayor tiempo posible, viviendo del presupuesto?
o ¿Cómo engañar al
mayor número de votantes?
o ¿Cómo “robar” sin
caer en la cárcel?
·
La agenda propuesta (la que conviene al ciudadano), más bien tendrá las
siguientes guías:
o ¿Cuáles fueron los
motivos y razones que buscaban los votantes para llevarme al poder?, digamos
que dichas razones son las prioritarias y que en México, no hay que ser un mago
para saberlas: acabar con la corrupción (enorme tarea, que pasarán muchos años
para ello, se requieren demasiados elementos), acabar con la inseguridad (y no
es con más policía, es reconstruir el “tejido social”, lo cual implica: empleo,
mayor educación y esto no significa más escuelas necesariamente, ya que
nuestros maestros van seguido a huelga, etc), obvio, más empleo.
o Y amen de la agenda
solicitada por la población que ya sería mucho que se cubriera, ¿Qué más
hacer?, ¿Dónde desarrollar más?, ciertamente cada región del país tiene una problemática
en particular, “cuellos de botella”, la evaluación de ellos si es
multidisciplinaria, muchos profesionales, no tendenciosos (por querer llevar
agua a su molino), tendrán que propugnar los temas y su significancia, serán
multidiversos y ya planteados, le tocará al gobierno, formular su plan de
desarrollo, y que dicho plan no va encaminado al tiempo de la administración
(tres años por ejemplo), sino que obedece a un real y verdadero desarrollo de
la región en particular, dicha agenda en verdad es muy versátil y si deveras
requiere de mucho tino y sensibilidad, ¿temas?, muchos: la procuración de
justicia, la corrupción, la violencia, la educación, el empleo, la inseguridad,
el desarrollo, la protección de la ciudadanía, del niño, de la mujer, del medio
ambiente, del empleo, etc., luego del plan, checar los “sensores”, los
parámetros, en México, el gobierno en turno, crea sus propios índices y parámetros,
sólo hay que escuchar un poco, todo lo que dicen nuestros actuales dirigentes,
y que solo repiten viejas y añejas practicas, pero que en esencia, al ciudadano
común le significan, mera palabrería y no ve, no “siente” los resultados en su
casa, su entidad, región o país.
Este
pues es un primer trabajo, muy austero, humilde o pobre, pero creo que es
necesario que todos aquellos que quieran ver un cambio sustantivo en México (o
en el mundo), tendrán que aplicarse, en la medida de sus recursos, en ello, y
no esperar que sólo “picándole las costillas” a los políticos, o burlándose de
ellos (tienen una enorme “concha” de armadillo) ya se hace mucho para ello, mis
saludos y abrazos para ustedes (lector anónimo, ciudadano).