Los escenarios que
se presentan son amplios y diversos, depende de muchos factores o elementos, la
edad, el origen, mi entorno familiar, mi proceso de vida, la familia que tuve, la
educación recibida, los valores transferidos, etc, hasta aquí no hay nada nuevo
o interesante, pero es notorio y evidente, que esta sencilla “percepción” no se
comprende de manera mínima, es como una real “ceguera”, lo grave es, que es
endémica, o sea que abarca a demasiada población y más grave es que a nuestros
gobernantes, eso no es algo que les interese mucho, ellos desarrollan un plan o
esquema de gobernar muy estándar, no varía mucho y mucho de su “background” o
soporte, es ancestral y que bien lo refería Maquiavelo y otros más, con la nítida
y resumida máxima: “el fin, justifica los medios”.
El hombre y su
circunstancia, decía Gasset y cantidad de pensadores, lo marcaban, que el
individuo está sujeto a la fuerza de la comunidad, no puede ir a “contrario
sensu”, pareciera imposible, desarraigarse de este destino manifiesto, se
comentaba en algún prologo, como Marx escribía el Capital, mientras su familia
se moría en una deplorable pobreza, enfermedad y muerte y en muchos hogares
mexicanos, en verdad que no escribimos páginas gloriosas, sino más bien, dignas
de aparecer en los más negros pasquines amarillentos de cerca de nuestra
comunidad, anunciados por los periodiqueros locales, que pasan por nuestras
colonias o comunidades, gritando: “vean y conozcan la historia de,….”
Yo sin pretender
ser un “escritor” (más bien sería un “pseudo-escritor”), aquí me encuentro
vertiendo estas líneas, en México podría estar en muchos lugares, dependiendo
como lo decía de muchos factores, atenuantes o promotores: en una cantina
tomando, trabajando (en un trabajo “x”), repartiendo droga, robando o buscando
embaucar a alguien, echando la “hueva”, viendo la tele, estar en la red
(Facebook, series, youtube, etc) “jodiendo a alguien” (mi gente), buscando
enamorar a alguna dama, etc., y sin embargo, me resuelvo escribir estas líneas,
¿cuál es mi circunstancia?, la verdad es que soy desempleado, queriendo sacar
adelante un micronegocio que no ha resultado, con problemas de fondo
patrimoniales (no tengo, decía mi familia, ni un quinto en la bolsa, o donde
caerme muerto), sin saber a ciencia cierta el futuro que me depara, queriendo
echarle la culpa a mi circunstancia y claramente, con sencilla lógica, debo entender y reconocer que esto no es factible, he sido yo el principal
responsable de la misma; ni mi familia, ni el gobierno, ni el destino, sino yo
he sido el principal promotor de toda la situación que he vivido o padecido.
Entonces, ¿para qué
escribir?, es un ¿mea culpa?, ¿tiene algún sentido hacerlo?; buenas preguntas,
yo mismo me digo (me hecho “porras”) y en verdad que no se bien a bien dar una
respuesta categórica, no obstante a manera de ello, quiero dar una constancia, un
testimonio de vida, y que eventualmente no se “deformen” ni mis hechos, ni mis
palabras, para que las generaciones que me sucedan, mis sucesores de vida,
sepan y conozcan, de primera mano, muchos de mis actos y percepciones,
¿verdad?, ¿mentira?, ¿quién la posee o la detenta?, cada persona la puede
ponderar o delimitar (a la verdad), en razón de muchos elementos: su visión,
sus constructos mentales, sus anhelos, sus “valores”, sus prejuicios, alguien
decía recién: “el que tenga oídos,.., oiga”.
Fuera de ello, si
creo que México y los mexicanos, una inmensa mayoría, en la actualidad y
futura, padecemos de una terrible injusticia, una enorme desigualdad, un abuso
constante, ¿de quienes?, de cantidad de personajes, demasiados yo diría (no
alcanza ya el presupuesto, por ello la alegría de encontrar nuevos yacimientos
petroleros), me da la percepción de un ser desvalido, despreciado, discriminado
de todos sus derechos individuales, proscrito ciertamente; sin derecho a una
vida digna, a un trato justo, a un empleo bien remunerado, a una perspectiva de
futuro, a la justa apreciación de sus capacidades, talentos, necesidades, etc.
México, es un gran
país, no sólo por su territorio, no sólo por la cantidad de sus habitantes, por
la enorme cantidad de recursos naturales (que más bien ha sido, el “motor” para
su conquista, sometimiento y robo) sino por el enorme “aporte” cultural de
todas sus comunidades, la riqueza de estas, los valores que tiene esta gente,
su apego a la familia, sus tradiciones, su alegría, su arte, su fe, su
capacidad de trabajo, sus hábitos; es pues incontable e inconmensurable, ni
siquiera hemos valorizado bien a bien dicho tesoro cultural (acaso sólo para
sacar “raja política y recursos) y luego de ello, no hemos querido crecer y
partir de allí, México, estado y nación “fallida” que no acaba de nacer y si no
nace, si no está, es que sus hijos (de la patria) se van, emigran, porque no
hay raíces que aguardar, cuidar y proteger, buscan sólo su sobrevivencia (no
morir) y lo logran, en verdad que sí, pero lejos de su patria, esos eminentes
sobrevivientes, se encuentran allende las frontera y como un icono y símbolo, “atraen”
a sus compatriotas, parece les dijeran: “ven para acá, ¿qué haces allá?,.., allá,
no hay nada, pura corrupción.
Bueno, hasta aquí la
dejamos, estas primeras líneas, saludos a mis compatriotas de todos los
lugares.
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