¿una cara rota o que rota,…,…
una imagen difusa, o un verso o una agonía?,…
¿lánguida, placida o dolorosa?,…
Evolucionamos o deploramos, sin apenas darnos cuenta,…
llegamos a conclusiones, de verdades que nos abaten, que nos afligen,…
nos queman,…, y nos duele el poder apreciarles,..
comprenderlas, abarcarles,…
Nosotros mismos no nos reconocemos,…
somos tan cambiantes, y a veces procaces,…, otras veces,..
tan ceremoniosos, tan patéticos o cuadrados,..
tan cerrados,…
Dejamos de jugar desde hace mucho,…
nos volvimos jueces, jurados y verdugos de una misma vez,..
¿De quienes?,…, de todo, de todos,…, de nosotros mismos,…
No perdonamos, ni nuestras fallas ni la de nuestros seres cercanos,…
¿en verdad lo son?,…
Quizás ya no,…, pues rotamos,…, nos transformamos
y lo que pensamos que éramos, hoy ya no somos,…
¿Podemos reconocernos?,…, ¿delinear el perfil, lo que imaginamos
que tenemos, que tendríamos o que queríamos?,..
Claramente es un piso resbaladizo,…, o al menos inquietante,..
no sabernos ciertos, ni siquiera de uno mismo,…
y luego además, aceptar, asimilar esta transformación tan real y
claramente plausible, sucedible,
y alguien diría,…
¿deformación o deploración?,…
