domingo, 24 de diciembre de 2023

En la víspera de noche buena,…

Antes de,…, quisiera algo decir, expresar,…, y anticipo una disculpa,…, pues he sido tan incapaz de equivocarme o acertar en gestos y palabras “adecuadas, pertinentes” en el momento justo, necesario y en verdad que solo he podido encontrar esta notable vía (al menos para mí) para algo poder “traducir” mis ideas, mis arrebatos, mi entusiasmo o mi tristeza, mi penar o mi alegría,…, ¿pobre ello?,…, ¿deficiente en verdad?,…, ello lo admito, pues me ha faltado demasiado temple-corazón, para poder sostener ningún discurso, una acción o inacción, una complicidad o un rechazo,…, y casi siempre y seguido,…, me he apartado de todo ello, quizás temiendo que ello acarrearía más problemas que soluciones,…, divina y socorrida esta ausencia,…, casi que nunca me he visualizado en un escenario distinto, como si voyeur yo fuera de la vida, de las guerras cotidianas entre hermanos,…, y donde pudiera yo ser involucrado por diversas razones,…, pero y ¿por qué?,…, en verdad que la “respuesta” categóricamente yo la desconozco y solo llego a semiplantear alguna posible respuesta (no muy convencido),…, ahhh,…, quizás ahora sea el “saldo” de tantos yerros, equivocaciones cuasi monumentales y que sus “frutos” hoy continúan emergiendo, sucediendo,…, y si quisiera que como decreto, que se extirparan todas las culpas, sus saldos, que se borrara aquella pose, esa acción, o esas palabras o esos golpes, los dados o los recibidos,…, pero no,…, la canica o la pluma se ha caído y aun la segunda, cae inexorablemente, quizás solo movida por el viento, pero cae,…, y el tiempo, obvio no regresa, no retorna,…, admitirlo al cien, difícil es,…, solo cabe pues asimilar estas “imperfecciones o fallas de la matrix”,…, ¿quién en verdad, puede juzgar a otro ser humano, sin equivocarse ni un ápice?, creo que nadie justamente podemos,…

En verdad que nadie, puede-podemos,…
interceder en la voluntad humana, el libre albedrio,…

Ni un ápice podemos, “inclinar” a la balanza,…
derrotar corazones o promesas o necedades,…
que igual el hombre “considera” validas, valiosas,…

Difícil es entender nuestra nítida soledad humana,…
nuestros “percances” y modos,…
nuestros sueños y aspiraciones, validas/invalidas,…
nuestro dolor y nuestro miedo,…

Y el “destino” que nos espera o que vamos padeciendo
o disfrutando,…, o acaeciendo,…

Hay tanto espacio entre el ahora, el hoy, nuestro miedo o nuestra certeza,…
que en verdad debiéramos pues ser más amables,…, más quietos y serenos,…
y “confiar” que el destino, “este” es impredecible,…
y que solo debemos apostar a tener valor y agradecerlo todo,…
aun el dolor físico, mental o emocional,…

Pues, pueden “convertirnos”, pueden reducir a nuestro ego,…
nuestro principal enemigo,…

Caridad es que merecemos,…, sabiduría, bondad para un nosotros,…
y “reflejar” esto mismo, darle su espacio su prevalencia,…
¿qué más nos queda?,…, ¿verdad?,…

A todos,…, “paz en la tierra a los hombres y mujeres de buena voluntad”,…