mi hogar anhelable, no existió nunca,…
solo era un deseo, un sueño vehemente, solo eso nada más,…
Yo quería,…
que hubiera paz,…, concordia, empatía,.., acuerdos,…, amor,…
respeto,…, y no,…, nunca se dieron estos,…
Los amigos, los hermanos que pensé querer o me querían,…
no, no existieron,…, y ni siquiera me comprendieron o intentaron
hacerlo,…., no podían,…
Ellos vivían en sus propias islas, o en sus catacumbas
o en sus miedos,…, en sus pesares y sensibles encrucijadas, sus fallas y sus errores,…
y no podían con mas, no habría espacio para más nada,…
Mis tormentas, mis preguntas no podían contestar, tenían las suyas propias,…
y entonces,…, nadie nos escuchábamos, ni nos veíamos,…, ni de cerca nos comprendíamos,..
no sabíamos del dolor que cada uno sentía y sufría,…, no lo veíamos,…
Oh que pena saberlo hoy tan solo,…
saber de esto que siempre existió y persiste,…
y no hay manera de remediar o enmendar,…
lo pasado, ya ha pasado y no se puede retrotraer el tiempo
ni los hechos, ni las palabras regresar,…, ni los sentimientos
que se forjaron, ni los odios o desprecios que se hubieran
fabricado, no hay forma de borrarlos,…
Pedir perdón, a veces, no es nada suficiente, ni repara nada,…
haber quitado una sonrisa, un sueño apostar por su fracaso,…
un deseo o anhelo, asentir en su fracaso o equivocación,…
Ya no se quitan, y la memoria no puede resetearse como una
máquina,…, quitar,…
¿Y el dolor?, ¿la desilusión, la decepción?,…., ¿el ocaso de una estrella, vislumbrar?,…
Si, habría que saberlo,…, algún día,…, y aceptar,….