¿Donde perdió su acento?,..
su sonido, ¿donde se silenció?,..
quien ¿lo solicitó?,..
¿fue un acto de rebeldía?,..
¿un defecto?, ¿pereza?, ¿ira?,..
¿fue una renuncia?,..
Quizás fue todo ello,..
la pereza que me pedía,.., que
flojera,..
hay que pelear,.., hay que bregar,..
discutir,..
O el orgullo,..
que declinaba, por no ser
contrariado,..
controvertido, no dejar un ápice, un
resquicio,..
en que pudiera fracturarse la copa del
ego,..
de la suficiencia,..., del
auto-enamorarse,..
de los propios preceptos,..
del narciso que viera su imagen
refleja,..
De la ira, loca, desbordante,..
que sin control pudiera manejarme,..
que me coloca en posición casi
fetal,..
inerme, totalmente indefenso,..
Colapsa todo mi ser, lo derrumba,..
me vuelve un ente vil,..
lleno de pulsiones descontroladas,..
desordenadas, aleatorias,..
culpa, temor, miedo atroz,..
inseguridad,..
He allí que prefiero no decir,..
quedarme callado, quieto,..
no aprendí, ese ejercicio,..
de la comunicación cotidiana,..
de la vida en sociedad que se
requiere,..
Desde un lápiz, una pluma,..
un no estoy bien,.., no fui yo,..
quisiera ayuda,...
una guía, orientación,..
una sonrisa, un gesto, un estoy aquí,..
puedes hablar,..
os escucharé,..
habla,.., di,..
puntos suspensivos,..
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