“alguien” me ha dicho no esperes que nadie os rescate,…
que te quiera tanto y que te impida todo,..
Morir, enojarse,…, tener soledad por un rato,…
equivocarse,…, estamparse en el suelo, caerse,…
tener dudas, irregularidades,…
inseguridades eventuales,…, ser escépticos,…
No creer en cuentos de la luna,.., de lobos esteparios,…
cindirelas pecaminosas,…, y de chokis perversos,..
o de ángeles rotando,…, o de demonios innombrables,..
En verdad que no los requerimos,…, “nosotros” los fabricamos
por completo, les damos un tono, un perfil ad hoc, sus sueños
que respiran, o que anhelan,…, y las formas de “parlar”, sus parodias
y mentiras,…, sus mantras y creencias,.., su ironía y su burla,…
su lenguaje,.., “oye tu”,…, en tono de rap de algún rapero famoso,..
Que escasa es la abulia que nos orilla a crear estas fantasías-pesadillas,…
de rodillas,…, y vivir, pensar, y sentir y determinar acorde a ellas,…
en verdad, que pena, que desierto,…, ouch,…
Sin comprender que,…
nadie significa todo, es el oasis,…
pues es tanta nuestra soledad y nuestro desierto,..
que nos volvemos locos, deseando, anhelando,…
pugnando por el (o ella),…
Morir, dormir, ¿soñar?,…
¿Qué nos acontece, que es aquello que cuestionamos,…
que nos importa?,…
¿acaso somos de piedra?,..
¿Por qué al equivocarnos, naufragamos, sufrimos?,…
démonos pues un perdón,…, que nadie nos solicita,..
antes lo contrario,…
La gente no ve que es lo que nos pasa,…
quizás solo deseemos un gato,.., una lira,…
un romance,…, una mentira,…
“vas a estar bien,…, no te preocupes”,…
Y cerrar los ojos, los oídos,…, escuchar al silencio,..
migrar hacia el cielo, tomar una mano,…
perderse en unos ojos,…, y recordar los pasajes bellos
de nuestra infancia,…, nuestras risas y travesuras,…
recordar,…, resentir,…
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