El interprete,..

Abre tu talento una pieza,…
aflojeradamente desea algo expresar,…
quizás no sepas de inicio, el tono, la pausa, el impulso,…

Solo sabes acaso que el alma, “algo” siente y desea expresar,…
¿qué?, ¿hay un tema en especial?....
naa, nada en especial,..

Tan solo quiere discurrir, flotar el alma,…, pasear,…
acariciar ese aire, éter, ese halo de misterio, de compas,…
quiere verse sorprendida, diletada,…, elevada,…
el alma,…, desea volar,…

Y va desplegando los acordes,…
los crescendos y bajos,.., los silencios y las pausas,..
un violín quizás,…, una guitarra,…
una voz,…, que se conecta con el alma interior,…

Y se abre,…, se explaya, sale expulsada y se manifiesta,…
es imposible no escuchar,…, deleitarse,…
en realidad muy poco importa el escenario,..
las luces,…, o el vestuario,…, la figura misma, las formas,..

Importa la genuina voz,…, que no se deforma,
que no osa constreñirse, detenerse,…
el “estro”, la esencia del alma en si,…
es un “dejarse llevar”, abandonarse a la emoción,..
a la pasión,…
el arte se construye pues sobre esa piedra “angular”,..
la libertad de su quehacer,.., su hacer,…
no hay una clara definición, no hay recetas mágicas,…
“rentables”,…

¿Se puede detener al alma en su llanto?,…, no,…, no se puede,..
¿desfigurar su rostro, su presencia?,…, no, no se podría,…
¿se puede contener al alma en su risa, su alegría?,…, no,..
definitivamente que no,…

Y ¿se puede clausurar su libertad del alma?,…, no, definitivamente no,…
aunque queramos, aunque derrotados nos reconozcamos,…, no,…
el “alma” habita en nosotros y claro que ella se ira algún día,…
y nosotros igual con ella nos iremos,…
dice el intérprete, y expresa con su voz,…