domingo, 11 de enero de 2015

Vida incipiente

Es tan fácil comprender a Dios,..
al poderla ver,.., observar,..

Esa mirada, esos hermosos ojos,..
su suave sonrisa,..

Es luz infinita que brota,..
desde algún confín increíble,.., inasible,..
como rutilante fuente,..
que mana y que no para,..

Y en verdad que no requiere de nada,…
para que esta se presente,..
para que irradie su energía,..
luz inmanente, persistente,..
que dadivosamente se reparte,..

No requiere de prebendas,..
ni garantías ni promesas,..
tan solo brota, incesante, constante,..
constante,..

Como tierna gota, como rio,..
que nos baña,..
que nos sana,..

Que nos trae la esperanza,..
un nuevo sueño alcanzable,..
¡vivo!, palpable,..
¡qué hermosura!,..

Y tan cierto,..
tan vehementemente cierto,..
que me callo, que casi no respiro,..
tan solo observo, aprecio, lo disfruto,..
para no alterar su preeminencia,..
su presencia,..

La magia de su energía,..
de su dicha y que comparte,..
tan abierta y tan franca,..
tan gentil y tan hermosa,..

Quisiera no tocarle,…
pues la siento tan frágil,..
delicada,..
muy hermosa,..


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