domingo, 11 de enero de 2015

Espacios,..

La aglomeración, el tumulto,..
la inundación de las palabras, los espacios,…
la fuerza de la imposición,..
el temor tan visceral,..
ello todo me mueve,..
a querer sobreponerme,..
colocarme en cierta posición,..
en determinada postura,..

Rígida,..
categórica,..
como si con eso bastara,..

Y lo contrario también,..
un abandono totalmente relajado,..
adaptarse  como lo marque el derrotero,..
la exigencia, el devenir,..

Tristemente he sido así,..
y vaya que me ha costado tanto,..
ser llevado de la mano,..

Por flaqueza, por anhelo de amor, inseguridad,..
por debilidad, por ingenuidad (vaya que si, absurda),..
o por temor,..

Darme cuenta siempre,..
(luego de que han pasado las cosas)
que no era lo que yo quería,..
lo que anhelaba,..
lo que deseaba,..
y tener que forzar a mi espíritu, a mi mente,..
es lo que debes, es lo que mereces,..
¡acéptalo!,..
¡resignación!,..

Al verme en perspectiva,..
me doy tanta pena,..
me reconozco que fracasé,..
con el primer amor,..
autoestima,..

Por una lánguida debilidad,..
que sólo me pertenece,..
los demás no tienen,..
ninguna responsabilidad,..
(cada quien hace su luchita)

En secundaria “alguien” hacia una broma,..
y decía: “No manches (otra palabra), respétalo,
¿que tal si llegas a tener un hijo igual que él?,..”
diciendo esto delante del susodicho
y del abusón,..
y yo como espectador,..
me sonreía,..


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