nebulosas, estrellas nuevas, enormes o enanas, cúmulos pequeños o grandes, galaxias, u hoyos negros, constelaciones, supernovas,…
Y hay quien,…
buscara en lo minúsculo, en aquello microscópico,.., en el entramado aquel portentoso, con que teje sabia y diestramente la naturaleza, y acomoda las proteínas, las células, los microbios, logrando un “sensible” equilibrio y dinámico además, y ello todo, sostiene la vida y la prolonga, con las cadenas ordenadas de su adn, de una célula, de una mitocondria y como liga y busca sus alimentos,…, y como se propala,…
Y hay quien busca en el inconsciente…, en el entramado profundo de nuestra psique,…
como es que pensamos, como es que sentimos, y como actuamos y como vamos creyendo, amando y odiando,..
Y hay quien busca la dominación de las masas, el convencimiento,…, su manipulación,…
según, por muy buenas razones, porque el fin justifica los medios, o por el bien mayor,…, los saldos asociados al objetivo,…., los daños colaterales,…
Y entonces el poeta no se crea, el nace poeta, nadie lo formula o lo crea a voluntad, o “alguien” le puso algún ingrediente extraordinario, un veneno, una pócima,…, no se le lavo el coco, no se le entreno para escupir palabras inconexas, o escenarios de cualquier tipo, sensible, retador, loco, o mágico, o un sueño, o una leyenda,.., la poesía, ella surge de improviso, el poeta busca “algo” que le traduzca, que le libere de alguna duda, un “algo” conspicuo, de una interrogante o una idea, un trazo,…, una emoción que le rebasa,…, que le inunda,.., y que le exige, de menos consciencia, discurso, filosofía, “algo” que le manifieste, se exprese,…
Y cuando el poeta logra “el fin”, nada pasa o acontece, no se cae una bomba termo nuclear, no explota ninguna estrella, naaa…, el solo queda arrobado, extasiado con haber comprendido o sentido “algo” el mensaje, cualquiera este sea, que se ha recibido y ha podido expresarse,…
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