y en verdad que nada importara,…
la dura realidad como concreto, como acero,…
el haber dejado, abandonado aquel sueño
que nos vinculo,.., y al que traicionamos ambos dos,…
Sé que nunca admitirás, casi nada,…, lo sé,…
te conozco tanto,…
¿Condición humana?,…, quizás demasiado,…
pero ¿qué se puede hacer, que habría que hacer?,…
creo que nada, solo aceptar, admitir,…
no todos estamos preparados para “salirnos” de la locura,…
de la línea gruesa en que nos colocaron,…
el destino, nuestros “maestros”, nuestros gestores o señores,…
Habría que aceptar,…, acertar y no cancelar el sueño
que alguna vez se forjo y admitir que en ello,…
no nos equivocamos,…, pues era merecido, necesario,…
no importa que las heridas, las disonancias, o hasta los contenidos
intelectuales, semánticos, nos separen un mundo,…
no, el sueño era muy válido,…
no lo traicionemos, si podemos,…
demos una tregua a la justicia,…
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