miércoles, 17 de febrero de 2016

Sobre la visita del Papa Francisco a México

Antes que nada debo decir mi postura, desde que voz yo ejerzo esta comunicación o expresión, me considero a mi mismo un católico un tanto renuente, ya que prácticamente realice todos los ritos católicos convencionales que se llevan en México, excepto el del matrimonio y fue a razón de que mi “futura” (esposa) me preguntara cual era mi postura respecto a Dios en ese momento, a lo que le conteste que no, que no creía en él y que no lo consideraba indispensable, pero que si era necesario para casarme con ella, yo lo hacía, a lo que ella difirió mi ofrecimiento y no nos casamos por la iglesia, mas sin embargo mis hijos si fueron bautizados, confirmados e hicieron su primera comunión los tres, pero básicamente impelidos por mi esposa y no por mí. Ya luego de algunos pasajes difíciles de mi vida, yo llegue a creer en Dios, porque sentí su presencia en alguna experiencia que hoy no viene al caso referir, que sin embargo a mi no dejaron duda para creer en su existencia, en resumen, entonces me considero creyente de Dios aunque difiero de ser fiel devoto de la Iglesia en general y particularmente la mexicana, la cual ha tenido pasajes muy obscuros que pesan en nuestra historia reciente y añeja, quizás desde que fue instaurada en México, la Santa Inquisición por decir lo menos, esta postura mía parece ser muy cómoda y créanme que no lo es, en un país con un alto índice de creyentes católicos que siguen los ritos convencionales, “ma o menos”, y que están al tanto de aquellos que como yo, no los seguimos: ir a misa los domingos, santiguarse a cada rato, rezar el rosario, hacer mandas, confesarse, etc y ello para poder decir (creo) en su fuero interno (o sea en su pensamiento): “ya vez por ello te va mal, por apostata y ateo” y ya a estas alturas del partido de mi vida ya me canse de hacerles ver su error y lograr diferenciarles mi postura, si creyente en Dios, no creyente en las estructuras humanas creadas por el hombre, hasta allí lo dejo. Por otro lado, debo decir que no me considero ni un líder de opinión o experto en nada, excepto en mi caso personal (como decía en mis grupos de “autoayuda”), estas líneas y opinión solo son una postura que puede coincidir o no con muchas posibles con respecto a la visita del Papa Francisco a México, su “valor y eco” cada quien la dará a su arbitrio y criterio o consciencia.

La visita del Papa Francisco a México, se da desde una perspectiva, creo, coyuntural, México está pasando por gran cantidad de vicisitudes de todo tipo, que básicamente tienen su origen en la economía, el dinero que se ingresa a la familia, no le alcanza para mínimamente satisfacer sus necesidades básicas y prioritarias (para un gran porcentaje de familias en México, dicho ello por diferentes fuentes convencionales: INEGI, OCDE y otras) que si esta no fuera tan crítica, la población “aguantaría vara” (quiere esto decir: soportaría, ya que esto de la corrupción y los malos políticos mexicanos no es una excepción, sino ha sido la regla), la violencia, el narcotráfico, la corrupción han escalado a niveles criminales ciertamente y todo el sistema se percibe bastante frágil, por ello no es extraño ver como un candidato independiente gano una Gubernatura en México, Nuevo León, y que a las próximas elecciones del 2016, ya próximas, tengan “miedo” de perder sus privilegios los poderes “facticos” con sus consabidos títeres en el gobierno.

¿Quién en realidad trajo al Papa a México?

En realidad no el ciudadano común y a pie lo trajeron, fue más bien una operación bien orquestada de dichos poderes facticos que en México pudieran estar amenazados, y que a través de Peña Nieto, lograron su propósito y en verdad que les salió muy bien la jugada y cumplieron con sus objetivos, uno de ellos “distraernos y dormirnos un rato”, otro fue el “validar” al estado Político Mexicano y esto fue lo que mejor les salió, en verdad que no importo todo lo que tuvieron que pagar en propaganda y logística, realmente habría que reconocerles que les salió bien el “tiro o la jugada”, felicitaciones, sin embargo para México y los mexicanos ¿qué queda?, aquí enseguida solo unos breves apuntes de lo que alcanzo a observar a vuelo de pájaro:

a.       La fe (de cualquier denominación) para el mexicano representa un gran refugio y necesidad el tenerla, no es extraño ver que donde ha fallado la religión católica, otras “sectas o corrientes cristianas disímbolas”, hagan su aparición y logren enseñorearse, repunten.
b.      Dentro de los poderes “facticos en México”, se encuentran ascendientes muy “especiales”, por decir algo: “ultras”, los legionarios de Cristo, Opus Dei, El Yunque, y otros que fuera de lo católico medran de manera muy importante, la Masonería por decir lo menos.
c.       El Papa Francisco, en resumen cumplió su cometido y deberes, asistió y dio su discurso, quizás velado pero si, no obstante para nuestros cínicos lideres esto no le hizo ninguna mella y solo logro agradarlos, como si aceptaran de buen modo un “mal chiste”, cuando les dijeron corruptos, cosa menor realmente, ya que muchos de los gobernantes, son consabidos “asesinos, con todas las letras.

En conclusión, a mi ver, la visita del Papa Francisco, deja una excelente “ganancia” al estado de gobierno en México (y principalmente a los poderes facticos) y a los mexicanos, en general, “resta o abate”, de por si su escasa fe, estas líneas y conclusión son solo mías tan solo, hasta la vista.

Víctor P Clavellina Orozco


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