domingo, 1 de septiembre de 2013

Manzanillo


Hay eventos que nos mueven, que nos marcan,
que nos orientan o que nos pierden nuestro camino,

Llegué en una fecha indeterminada, con unos cientos de pesos,
dos maletas, cantidad de sentimientos tristes y melancólicos,..
arengándome a sobrevivir, a resolver lo que se me venía presentando,.
nada trascendente, la comida, el hospedaje, los pasajes, un empleo,..
de continuo cuestionarme del abandono hacia mi gente, mis hijos,..
mi casa,..

Se siente horriblemente la soledad y la culpa,
pesan como bloques de cemento en el corazón, en el espíritu,..
¿por qué llevar esta tortura?, ir hacia este extremo de la energía,
los músculos del alma se tensan como las cuerdas de un violín,
o como las de un arpa,…, entre la culpa, la nostalgia y la vida rota,..

Estuve una noche en el hotel,
luego a bregar con las maletas por el malecón,..
antes, ya había buscado dejarlas encargadas en alguna casa,
solo se me quedaban viendo y no comprendían
de donde venía ese requerimiento,..
ellos no sabían, no podían saberlo, que esas maletas
llevaban todo lo que entonces poseía,..

Comprar unos tacos para poder caminar y pensar,.
preguntar si podía dejar mis maletas ha con ellos,..
aceptarlo y ya sin una de ellas, sentirme más ligero,..
como suelto, como libre,..
hablar por teléfono a la casa de mis padres,..
solicitar su ayuda para poder rehacer mi vida,..
unos pesos,.., tan vitales en ese momento,..
accedieron a enviármelo, pasarían un par de días
antes de que llegara el dinero,
¿qué haría mientras tanto?,
ya casi no tenía ningún dinero,..
resolví soportar sin comer lo mas que pudiera,
comprar lo esencial,.., unas naranjas, un refresco, un atún,..
solo para no desfallecer,..
quedarme en el malecón a pernoctar,
con terrible miedo,
ya que no sabía si algo pudiera pasarme,..
un loco, un asaltante, la policía,..
que largos días, con sus dos noches,..
deambulando,..
pensando, con terrible melancolía,..
hasta que por fin llegaba ese dinero,..
se abría de nuevo el cielo en mi tierra,..
resolví ir a hospedarme en algún lugar económico,
lo encontré, tenía lo esencial,..
comprar algo de despensa,..
para los días por venir,..
yo sabía perfectamente que solo eso me permitiría
un ligero margen para sobresalir,
¡tenía que buscar un empleo rápidamente!
caminar, caminar,.., hasta que platicando con una persona,..
en el malecón, el me dijo de un empleo, también me habló
del “Huereque”, una raíz que el buscaba para comercializar,..
en un cerro,.., una raíz que servía como medicamento,..
ahora que lo pienso nada de ello tenía mucho sentido,..
¿sería un ángel?,.., no lo sé, pero me cambió la perspectiva,..
acudí al lugar al que me había dicho,
casi por accidente lo pude encontrar,
y otra vez la buena suerte me volvió a alumbrar
poniéndome a esa persona que me entrevistó
¡ya tenía empleo!, ¡que alegría!
ahora, ¿qué seguía?

Hay veces que ni el inmenso mar azul, con su belleza
puede traernos algo de espiritualidad con su portentosa magnificencia,..



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