Maestro, profesor, o tutor, va asociado con el tema de la educación, y en México ha sido todo un capitulo pendiente, ya que se prolifera y se considera como la premisa para que México pueda realmente transformarse en un país moderno (si no perfecto, al menos que alcance su altura). Aducir toda la “responsabilidad” al profesorado como tal, sobre el tema educativo sería injusto e impropio, digamos que primordialmente esta “responsabilidad” es de dos entidades: la célula familiar y el estado; es ya sabido que es en la “familia” donde se gestan los valores primordiales, y por razón-refleja, el niño adquiere o copia lo que observa en casa; si hay respeto, si hay exacta valoración, si hay amor, esto mismo se reproduce y lo contrario, también sucede, el “machismo” y su contraparte el “hembrismo”, se “maman”, no vienen en el ADN, igual el bulling, el racismo, la xenofobia, la violencia; son “aprendidas”; más, que fue primero, ¿el huevo o la gallina?, ¿es la célula familiar, “reflejo” de la “educación” que permea en nuestro horizonte?, ¿en nuestro hálito, en nuestro entorno?, ¿los “valores” apostados por nuestra sociedad y suscritos por nosotros?, ¿se puede enseñar o “adoctrinar” en el fracaso o en el éxito?, y esta sería la alta pretensión y la respuesta parece que se decanta y se “siente”, México sometido por tantas centurias, en un pueblo “agachado”, sojuzgado y sin “aparente” salida (es una verdad admitida por todos los mexicanos, es como una cultura: la cultura del fracaso), por tanto parece que el estado es el principal responsable de ello (no le queda de otra), no obstante como se define en los libros de civismo: población, territorio, gobierno (poderes ejecutivo, legislativo y judicial); este contexto, sin embargo, no nos ha servido eficientemente hasta ahora, vemos claramente el estado como una masa “informe”, que no “reacciona” en sentido positivo hacia la “gente”, más bien es cómplice de los poderes inmanentes (porque también no tienen una clara definición y suscripción, son como un cúmulo de poder, del que hacen uso y aprovechamiento, ¿quienes?, todos los interesados en que así prosiga, digamos que “muchos”, por dar un “sujeto”), esta pobre definición tendría que replantearse, y la pregunta sería: ¿quien pondrá el cascabel al gato?, ¿será el poder “informe”?, ¿será una sociedad compleja y desarticulada?, ¿será un solitario profesor en una escuela rural, con pequeñas herramientas?, es evidente que la respuesta más apropiada es: contar con una sociedad más comprometida, dado el estado actual de las cosas, parece ser que los poderes que nos han venido gobernando, ya no alcanzan para las necesidades que se nos van planteando a nuestra sociedad, y esto no significa la desaparición absoluta del estado (para que haya un “acomodo” = revolución, esto a final de cuentas es sangre, dolor, y muerte para que pasado un lapso, se apoltronen nuevos dictadores), es más bien un proceso de participación más activa de la población en general, observar de que manera, los medios, puedan ir gestionando dicha participación, irla construyendo y detrás de todo ello, siempre habrá “gestores”, maestros, tutores; la frase: “Como ahora no hay maestros ni alumnos, el alumno preguntó a la pared: ¿que es la sabiduría? Y la pared se hizo transparente” (Jaime Sabines), bien podría ser una realidad.
¿La agenda?, muy basta:
- Quitar
la tutoría de la educación en México a la SNTE, transferirla a
sus principales receptores: la sociedad en su conjunto, la familia.
- Hacerlo
por medio de organismos civiles (no suscritos a la política actual
en México, dada su enorme corrupción).
- Valorar
objetivamente todo el sistema educativo; participando todos los
sectores: educadores, sociólogos, pedagogos, Universidades,
pensadores, psicólogos, antropólogos, derechos humanos, maestros,
alumnos, desinvitados todos los políticos mexicanos (porque lo
echarían a perder), escritores, etc.; para de allí partir.
- Predeterminar
los “censores” o parámetros de medida o valoración, en una
palabra: transparencia; así como la agenda correspondiente; es muy
amplia, en el seno familiar, la propaganda, la promoción, en el
municipio, en el estado, a nivel Federal.
Y por último: un abrazo y felicitación a todos los amig@s profesores.
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