lunes, 15 de julio de 2019

Autoengaño,..


¿Se puede violentar a las personas, cambiarlas, modificarlas a capricho?,..

Esa ha sido siempre la pretensión, el “coco-wash”, el lavado de cerebros, la seducción subliminal, la alienación o enajenamiento de las masas a través de la propaganda o la publicidad, se cree que ello es totalmente posible, que se pueden “implantar” ideas y creencias mil, las que sean.

Quizás de ello casi estamos seguros los neuróticos, que llegamos a “considerar” que cierta “persona x”, o situación “x”, nos engañó y de fea manera, y que debido a esa percepción casi segura es que logramos “vistimisarnos” (es un chiste la palabra), y nos hacemos sujetos “inocentes” de estos perversos depredadores, gentes “malas” (maniqueísmos admitidos) como el demonio, y que les vemos como ENORMES epítetos del mal, como los más claros iconos de ello mismo, y de nuestras peores fantasías más aberrantes, las más grandiosas ciertamente, pero cuando ha pasado “la borrachera emocional”, quizás podemos ver con más objetividad la “realidad” de las cosas, y nos demos cuenta de que el supuesto “engaño” mañoso, fue en realidad un autoengaño que deseábamos obsesivamente llegar a creer y concebir como cierto, con diferentes fines y propósitos, casi siempre errados o equivocados, y que en justicia nada tenían ninguna base o fundamento, ya que ellos emergían de dos grandes fuentes propias: nuestra fantasía afiebrada o nuestros miedos más profundos.

Hasta aquí estas notas,.., abrazos,..



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