¿Se puede violentar a las personas, cambiarlas, modificarlas a
capricho?,..
Esa ha sido siempre la pretensión, el “coco-wash”, el lavado de
cerebros, la seducción subliminal, la alienación o enajenamiento de las masas a
través de la propaganda o la publicidad, se cree que ello es totalmente posible,
que se pueden “implantar” ideas y creencias mil, las que sean.
Quizás de ello casi estamos seguros los neuróticos, que llegamos a “considerar”
que cierta “persona x”, o situación “x”, nos engañó y de fea manera, y que
debido a esa percepción casi segura es que logramos “vistimisarnos” (es un
chiste la palabra), y nos hacemos sujetos “inocentes” de estos perversos
depredadores, gentes “malas” (maniqueísmos admitidos) como el demonio, y que
les vemos como ENORMES epítetos del mal, como los más claros iconos de ello
mismo, y de nuestras peores fantasías más aberrantes, las más grandiosas
ciertamente, pero cuando ha pasado “la borrachera emocional”, quizás podemos
ver con más objetividad la “realidad” de las cosas, y nos demos cuenta de que el
supuesto “engaño” mañoso, fue en realidad un autoengaño que deseábamos obsesivamente
llegar a creer y concebir como cierto, con diferentes fines y propósitos, casi
siempre errados o equivocados, y que en justicia nada tenían ninguna base o
fundamento, ya que ellos emergían de dos grandes fuentes propias: nuestra fantasía
afiebrada o nuestros miedos más profundos.
Hasta aquí estas notas,.., abrazos,..
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