Entre el frió o cálido o templado,.
pernoctamos, reímos y lloramos,.., soñamos,..
Y es la vida la que nos va llevando,..
como criaturas de la mano,.., vamos,..
aun pequeños,., aun grandes,.., viejos,..
frágiles todo el tiempo,..
Ignorantes siempre, apenas rasgando el conocimiento
y el amor y el perdón, y la caricia y el beso,..
La armonía de evadir la imposición de la fuerza y la tozudez humana,..
permitirse integrarse al cosmos o al microcosmos,.., tierra,..
Al fluir de un río cualquiera,..
permitir el rodar de la arcilla desde el monte,..
y no obstruir el paso de la hormiga obrera,..
y dejar el paso a los niños inocentes,.., las almas puras,..
Perdonarnos por nuestras grandes carencias humanas,..
y recibir el justo pago, del quehacer o de la flojera,
o de la insidia y el desamor,..
Esperar entonces nuestro turno en todo, en todo,..
y no llorar por anticipado, aun sabiendo lo que nos espera,..
tener valor de enfrentarlo,..
Y dormir, soñar,.., esperar,.., lo que en justicia proceda,..
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