viernes, 2 de marzo de 2018

Al fin humano,..


Ciertamente que la indiferencia,.., la apatía,..
es una especie de clara rebeldía,..
y es que el alma no se conforma con la gran mentira,..
el monumental teatro de la vida,.., las máscaras,..

Los abetos llorones,.., los falsos profetas,.., de los dos lados,..
el edén o el Armagedón,..

Los dos son funestos, locos,.., desquiciantes,..
y el alma que no sabe de dobleces,..
de mentiras harto elaboradas,..
de los excelsos compromisos morales,.., dizque,..

Del amor que debe prevalecer más allá del tedio,..
de la grosería aquella contenida,..
con un buenos días,.., falso,.., ¡hipócrita!,..

Que en este mundo malverso,.., perverso,..
fracasan los paladines, los Robin Hood y los Quijotes,..
el mismo cupido nunca acierta con sus flechas,..
locas,.., esquizofrénicas,.., perversas,..

Y ligan al imbécil, con la más bella flor de cualquier pantano,..
y reluce el amor,.., la esperanza se crea,..
y la risa pequeña,.., mediana,…

Luego ella se extingue,.., y ya solo quedan,..
los deberes,.., los compromisos,..
tu me ofreciste, eternidad y seguridad,.., por siempre,..

¡Mentiroso, falsario!,..

Al fin humano,..




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