He postergado,..
por mucho,.., demasiado tiempo,..
mi encuentro con el mar,..
¿por qué?,..
Quizás sea un tanto la duda,.., el miedo o el respeto,..
que le tengo,…, al mar,..
Recuerdo un tanto a Alfonsina y alguna vez,..
sentí su llamado hace mucho tiempo,..
sin embargo aunque seco,.., hoy,.., ahora lo contemplo cada vez,..
Y me remonta deveras a mi infancia,..
a los cuadros que veía colgados en la pared,.., las barcazas de
pescadores,..
el atardecer,..
Y yo sentía que ellos me contaban historias,.., cuentos,.., fantasías,..
que luego algún pasaje yo leí,.., los argonautas,.., los monstruos
marinos,..
las sirenas,.., los caballitos de mar,..
Y mi imperdible Juan Gaviota, que tanto ame,..
y que ahora siento que algo le comprendo,..
cuando de repente me observo solo frente a la inmensidad del mar,..
Esa calma “chicha”,.., ese azul bellísimo,.., y las aves,.. y la
brisa,..
y la luna, las estrellas,..
Quiero nadar y bregar en el mar,.., pero si,.., le tengo miedo,..
y no sé muy bien el porqué,..
¿Sera que cuando niño me gustaba sumergirme en un tambo de cabeza,..
fingiendo que nadaba,.., y alguna vez,.., por poco allí me quedaba,..
si es que alguien no llega a sacarme?,…
No sé,.., pero siento que el mar y yo tenemos una cita,.., un
encuentro,..
quizás,.., empezar una amplia y bella amistad,…
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