viernes, 18 de noviembre de 2016

Dejadme,..

Liberadme por favor de mis propios límites,..
de la seguridad de mis palabras,.., réstales elocuencia,..
deja por favor una duda,..

Déjame, el eterno arrebol que pudiera sorprenderme,..
no tener la certeza limpia,.., llana,.., como piedra de granito,..

De todos mis preceptos,.., déjame ignorante
de mi ciudadanía,..
que casi un vegetal muy nimio,..
yo tardara siglos en comprenderle,..

No alcanzo,.., no le conozco,.., no percibo sus átomos vibrar,..
¿en qué dirección,.., con qué frecuencia?,…

Déjame ignorante siempre,..
del futuro,…, de la sabiduría docta alucinante,..
de ser un juez en la plaza,..

O en los lupanares de las almas perdidas,..
locas, desquiciantes,..
de aquellos que no perciben casi ninguna luz,..
pues la oscuridad es tan densa,..

Deja que con mi macilenta alma,..
pesarosa,..
pueda trabajar diligentemente
para cortar sus grilletes,.., liberarle,..
déjame,.., permíteme,..

Dios de los nimios seres,..
perdidos,.., extraviados,..
ausentes,.., en silencio,..


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